Adiós al caos de las ayudas al coche eléctrico, Francia propone una solución a nivel europeo
A día de hoy, los diferentes países que componen la Unión Europea gestionan sus propios programas de ayudas a la compra de coches eléctricos. Pero, ¿sería más eficaz si estas subvenciones se gestionaran a nivel comunitario?
A finales del año pasado, el Gobierno alemán suprimió el programa de ayudas a la compra de coches eléctricos tras un fallo del Tribunal Constitucional Federal que declaraba ilegal la asignación de fondos reservados originalmente a la lucha contra el COVID-19 a proyectos de protección del clima. A raíz de esto, las ventas de este tipo de vehículos se hundieron en el país germano, arrastrando consigo al resto de Europa.
Dada la complicada situación en la que se encuentran fabricantes nacionales como Volkswagen, el pasado mes de septiembre se anunció una importante medida para impulsar la demanda en el sector profesional: a partir de ahora, las empresas podrán deducirse hasta el 40% del valor de los modelos cero emisiones en la declaración de impuestos durante el año de su compra; además, se ha elevado el límite de precio de 75.000 a 95.000 euros.
A pesar de que inicialmente el SPD (Partido Socialdemócrata de Alemania) no se mostraba favorable a reintroducir los incentivos a los particulares, en las últimas semanas parece haber cambiado de opinión, coincidiendo con Los Verdes en la necesidad de crear un plan de ayudas que permita reactivar las ventas de coches eléctricos.
Francia, el otro «motor» de la Unión Europea, todavía mantiene su programa de subvenciones; sin embargo, ahora está vinculado a las emisiones de dióxido de carbono durante el proceso de producción del vehículo, una medida que en la práctica busca excluir a los automóviles procedentes de China y otras regiones del mundo con un mix energético menos «verde» que el europeo.
Francia apoya los aranceles proteccionistas contra los coches eléctricos chinos
El nuevo ministro de Industria galo, Marc Ferracci, ha anunciado su intención de lograr que las bonificaciones se coordinen a nivel europeo, poniendo como ejemplo a seguir el modelo francés. Al extender esta solución a todos los países miembros de la Unión Europea, se lograría una mayor homogeneidad a la hora de impulsar la movilidad eléctrica, que está avanzando de forma muy desigual en el viejo continente.
Por otro lado, Ferracci también quiere lanzar una iniciativa europea para electrificar las flotas comerciales. «El principio es que nosotros […] damos preferencia a los coches europeos en lo que respecta a la financiación, ya sea en la prima de compra o en las inversiones».
El ministro admite que actualmente la industria china produce coches eléctricos más baratos e innovadores que la europea. Por este motivo, Francia se ha convertido en una de las principales defensoras de los aranceles punitivos a los vehículos eléctricos procedentes del país asiático. «Tenemos un problema con la competitividad, la demanda y las prácticas comerciales injustas de China. El futuro de nuestra industria automotriz depende de si encontramos respuesta a estos colosales desafíos».
Fuente | electrive