Probamos el Alpine A290, la divertida versión deportiva del Renault 5
Al igual que el modelo original de los años 70 y 80, el nuevo Renault 5 cuenta con una versión de altas prestaciones firmada por Alpine. Bautizado como A290, este pequeño hot hatch 100% eléctrico es heredero directo de los míticos R5 Alpine y Alpine Turbo, conocidos en España como Copa y Copa Turbo.
Los hot hatch están protagonizando un resurgir de la mano de la movilidad eléctrica. Modelos como los nuevos Lancia Ypsilon HF y MINI Cooper JCW demuestran que la clásica receta de un pequeño utilitario con una mecánica más prestacional y una puesta a punto deportiva tiene más vigencia que nunca, incluso en la era del coche eléctrico.
Renault tiene un largo historial en la creación de este tipo de vehículos: desde los R5 Alpine y Alpine Turbo originales, pasando por los Supercinco GT Turbo y Clio Williams hasta llegar a la saga Clio RS, el grupo francés cuenta a sus espaldas con una aplaudida estirpe de bombinettes que durante décadas fueron auténticas referencias en el segmento B europeo.
El nuevo Alpine A290 es el último integrante de esta ilustre familia. Al igual que el primer Alpine A106 de 1955 se basaba en el Renault 4CV, el recién llegado parte del R5. ¿Su objetivo? Demostrar que un coche eléctrico también puede ofrecer diversión al volante a raudales.
Para evaluar si este pequeño matagigantes cumple con lo que promete, nos hemos puesto a sus mandos durante su presentación internacional en Mallorca, donde hemos tenido la oportunidad de conducirlo tanto por reviradas carreteras de montaña como en circuito.
Alpine A290: un R5 con esteroides
El A290 es un coche ligeramente más grande que el R5: mide 3.99 metros de largo (+7 cm), 1.52 metros de alto (+2 cm) y 1.82 metros de ancho (+6 cm), con una batalla de 2.53 metros (-1 cm). Además, equipa unas llantas de 19 pulgadas en lugar de las de 18 pulgadas de su hermano.
A pesar de que conserva elementos característicos como los faros trapezoidales o los pilotos verticales, cuenta con un llamativo kit de carrocería específico que incluye unos faros suplementarios con una firma lumínica en X, así como unos paragolpes más voluminosos con unas air curtains laterales y una toma de aire cuya rejilla se inspira en la forma de un copo de nieve.
Las puertas traseras lucen una nervadura que imita las tomas de aire del mítico R5 Turbo «culo gordo» de motor central. La moldura del portón cede su puesto a un discreto alerón de tipo «cola de pato», el cual complementa a un difusor de generosas dimensiones. Hay disponibles dos diseños de llantas inspirados respectivamente en el A310 de 1971 y en un copo de nieve.
El salpicadero es a grandes rasgos el mismo que el del R5. Por lo tanto, la mayoría de plásticos empleados son rígidos, si bien la «repisa» acolchada de la plancha frontal aporta un plus de calidad percibida. El volante de tres radios es específico y cuenta con tres mandos adicionales: RCH (Recharge, para regular el nivel de retención de la frenada regenerativa), OV (Overtake) y el selector de modos de conducción.
La consola central, similar a la del A110, está sobreelevada y cuenta con tres botones a modo de selector de marchas, que desaparece de la columna de dirección. Los asientos se toman nuevamente del R5, lo cual no es necesariamente malo, ya que son confortables y ofrecen un buen agarre lateral. Eso sí, en su posición más baja, los pasajeros de la segunda fila no podrán poner los pies debajo de ellos. El maletero de 277 litros no es grande en términos absolutos, pero resulta suficientemente amplio en relación al tamaño del coche.
La instrumentación digital de 10.25 pulgadas luce unos gráficos específicos, mientras que el sistema multimedia Alpine Portal se basa en Android Automotive OS. La respuesta de la pantalla táctil de 10.1 pulgadas resulta convincente; además, el usuario tiene a su disposición funciones como Google Maps (con planificador de rutas integrado) o Google Assistant.
Al contrario que el R5, el A290 no incluye ni el asistente inteligente Reno ni la tecnología de ChatGPT. A cambio, añade la función Alpine Telemetrics, diseñada específicamente para los amantes de la conducción deportiva. Engloba los servicios Live Data (datos de conducción), Coaching (recomendaciones para mejorar nuestro pilotaje) y Challenges (una serie de desafíos similares a un videojuego basados en tres temas: agilidad, potencia y resistencia).
Al volante del Alpine A290
Nuestro protagonista se basa en la plataforma AmpR Small del Grupo Renault. Se trata de un tracción delantera disponible con dos niveles de potencia: 180 CV (130 kW) y 220 CV (160 kW), marcando distancias con los 150 CV (110 kW) del R5. Completa el 0-100 km/h en 7.4 y 6.4 segundos respectivamente, mientras que la velocidad punta se sitúa en 160 y 170 km/h.
La batería de 52 kWh está formada por celdas NCM (níquel, cobalto, manganeso) y le proporciona una autonomía de 380 km WLTP, ligeramente por debajo de los 410 km WLTP del Renault. En cuanto a la carga, llega a un máximo de 11 kW en corriente alterna y de 100 kW en corriente continua (15-80% en 30 minutos).
Alpine ha realizado un trabajo excepcional con la puesta a punto del coche. El R5 es de por sí una base muy buena sobre la que trabajar, ya que cuenta con una dirección muy rápida y un eje trasero multibrazo; sin embargo, los cambios introducidos por la firma normanda elevan al A290 a un nivel completamente diferente.
La suspensión cuenta con unos topes hidráulicos progresivos, y las barras estabilizadoras son específicas. El coche se muestra ágil, reactivo y muy aplomado; además, resulta menos seco que el R5, ofreciendo un confort de marcha sorprendentemente elevado. Aunque con casi 1.500 kg de peso no se siente particularmente ligero, los movimientos de la carrocería están eficazmente controlados.
Si bien la dirección se siente algo filtrada, el A290 resulta a todas luces divertido y juguetón. El sistema Alpine Torque Technology, que emula el funcionamiento de un diferencial autoblocante, busca evitar que el eje anterior se vea sobrepasado por la potencia y el par del motor eléctrico. Aunque mitigado por obra y gracia de la electrónica, que se encarga de frenar la rueda que pierde tracción, este efecto tan típico de los eléctricos de tracción delantera sigue presente.
La respuesta del acelerador es progresiva; además, el Overtake permite extraer las máximas prestaciones de la mecánica durante 10 segundos (eso sí, después debe cargarse durante 30 segundos). Además de a través del llamativo botón rojo del volante, esta función tan de videojuego puede activarse si hacemos kick-down con el acelerador.
Hay un total de cuatro modos de conducción (Save, Normal, Sport y Perso). También cuenta con un Launch Control para lograr salidas fulgurantes desde parado, pero en la práctica su uso no supone una diferencia reseñable.
Mención aparte merece el sistema de frenado, que resulta brillante tanto por capacidad como por resistencia. Las pinzas monobloque delanteras de 4 pistones y los discos de 320 mm proceden del A110; además, al tratarse de un sistema by-wire, el tacto del pedal se muestra consistente en todo su recorrido, evitando el efecto típico de otros coches eléctricos cuando pasan de la frenada regenerativa a la mecánica.
Durante nuestra toma de contacto realizamos un recorrido de 100 km que incluyó tramos de conducción deportiva por carreteras de montaña, así como varios kilómetros de autopista a 120 km/h. El consumo medio fue de 17.5 kWh/100 km, una cifra muy razonable teniendo en cuenta el perfil del trayecto.
Gama y precios
La oferta del Alpine A290 está compuesta por cuatro versiones: GT (desde 38.700 euros), GT Performance (desde 41.900 euros), GT Premium (desde 42.800 euros) y GTS (desde 45.600 euros), además de la edición especial de lanzamiento Première Édition (desde 46.200 euros). Limitada a 1.955 unidades (año de nacimiento de la marca), esta última podrá elegirse con tres decoraciones: Beta (inspirada en el prototipo A290_β de 2023), La Bleue y La Grise.
El GT monta el propulsor de 180 CV, mientras que los GT Performance y GT Premium son complementarios: el primero es más prestacional (motor de 220 CV, neumáticos Michelin Pilot Sport 5, pinzas de freno rojas…) y el segundo más lujoso (motor de 180 CV, sistema de sonido Devialet, volante calefactable, cargador inalámbrico para smartphones…). El GTS combina la mecánica del GT Performance con el equipamiento del GT Premium.
Conclusiones
Hasta aquí llega nuestra primera prueba del nuevo Alpine A290. Queda pues responder a la pregunta que nos hacíamos al principio del artículo: ¿se trata de un coche eléctrico divertido? La respuesta es un rotundo sí, ya que su puesta a punto es magnífica e involucra al piloto en la conducción sin llegar a resultar exigente o incómodo en ningún momento.
A esto deberíamos sumar su llamativa estética, que lo convierte en el centro de atención allá donde pasa, así como su amplio equipamiento de serie, que incluye elementos como los fatos full LED, la bomba de calor, el control de crucero adaptativo y la carga bidireccional V2L (Vehicle to Load) y V2G (Vehicle to Grid). Aunque no es un coche barato, lo cierto es que a día de hoy ningún hot hatch lo es, ya sea térmico o eléctrico.