China tiene la batería que hace que los coches eléctricos europeos queden obsoletos: carga 600 kilómetros en 10 minutos y es más económica
La tardía apuesta de los europeos por la evolución de las baterías puede condenar a la industria automovilística occidental incapaz de competir contra una industria china que ha apostado por la evolución con sistemas CTP (Cell to pack) mucho más eficientes y económicos.
Además de una economía de escala robusta, y márgenes muy ajustados, lo que permite lanzar coches eléctricos económicos, los grupos chinos están invirtiendo fuerte en el desarrollo de tecnologías como las baterías. Sistemas cada vez más capaces, con mayor carga rápida y mayores autonomías, que dejan en la cuneta a los grupos europeos.
La pregunta es, ¿qué hace que las baterías chinas sean mucho más baratas y mejores que las alemanas? La respuesta es bastante dolorosa.
Básicamente ha sido una cuestión de tiempos y visión. Los grupos europeos empezaron tarde la apuesta por las baterías. Además, los diseños se basaron en el llamado concepto modular.
Esta arquitectura de batería es la que utiliza por ejemplo Volkswagen. Esto supone acumular muchas celdas individuales ensambladas en módulos que son un poco más grandes que una barra de chocolate. Estos paquetes se instalan uno al lado del otro en una especie de bandeja y se conectan con cables. Eso supone carcasa, cableado y demás elementos que ocupan espacio, lastran con peso, pero no acumulan energía.
El resultado es que la mayor parte de la construcción de la batería por parte de los grupos alemanes se compone de masa muerta. Sólo entre el 25 y el 30% del volumen total es material de almacenamiento, lo que no es un indicador de una buena densidad energética. Todo lo contrario.
Por su parte, los chinos inicialmente también apostaron por ese sistema, pero rápidamente vieron sus limitaciones y decidieron apostar por la tecnología Cell-2-pack (celda al pack).
Su inversión les permitió desarrollar equipos de diseño avanzados que les permitió dar un salto adelante significativo con celdas de gran tamaño, como las Blade de BYD, que en vez del tamaño de una tableta de chocolate, tienen el tamaño de todo el pack.
La pregunta es por qué los europeos no han copiado la idea. La respuesta ha sido que la mayor parte de los fondos en desarrollo y producción de baterías se concentraron en la iniciativa Northvolt. Pero esta no logró completar sus trabajos, cayendo en la bancarrota de la que ahora trata de salir de la mano de una nueva dirección. Pero la distancia con los chinos es ya demasiado grande. Tanto que incluso marcas como BMW han cancelado sus pedidos ante la incapacidad del fabricante de suministrar celdas competitivas.
Baterías con 1.000 km de autonomía y carga de 600 km en 10 minutos
En el otro lado de la balanza se sitúa China. Allí, grupos como CATL, que ya es el principal fabricante de baterías del mundo, ha lanzado un nuevo sistema de baterías denominado Shenxing, que puede ofrecer configuraciones de hasta 1.000 km de autonomía, indican que podrán llegar a los 2.000 kma medio plazo, con unos tiempos de carga que en apenas 10 minutos conectados a una toma de alta potencia les permitirá recuperar 600 km de autonomía gracias a una tasa de 6C.
No solo China es una preocupación para los europeos. Tesla también ha apostado por su propio concepto en el desarrollo de baterías, la llamada tecnología CTC (Cell-2-Chassis) lanzado en 2020. Es este, las celdas se alojan en los bajos del vehículo o en las cavidades del bastidor, de forma tan económica como lo hacen los desarrolladores chinos.
Desde el punto de vista de la mejora del rendimiento, la tecnología CTC de Tesla ofrece los siguientes beneficios: una reducción del 10% en el peso del vehículo, un aumento del 14% en la autonomía, una reducción de 370 piezas, un 7% menos de costes unitarios, una inversión unitaria 8% menor y una mayor eficiencia de producción de vehículos.
Un sector que necesita una visión clara, donde los beneficios a corto plazo no sean impedimento para el desarrollo de un sector clave en el futuro de la automoción europea, que se está quedando atrás de forma preocupante.