Sustituir la batería de un coche eléctrico costará menos que cambiar un motor térmico muy pronto
Se acabaron las preocupaciones para los propietarios de coches eléctricos, al menos de cara a un futuro no muy lejano. Un informe de Recurrent Auto pone en valor la caída del precio de las baterías de coches eléctricos.
Una de las mayores preocupaciones que provoca que un conductor no se lance a comprar un coche eléctrico está en el uso que le pueda dar en el futuro cuando la batería, irremediablemente, se desgaste. Muchos consideran que, si se van a tener que gastar muchos miles de euros al cabo de unos años para sustituir la batería, ¿por qué se iban a lanzar a comprar un vehículo de estas características?
El paso de los años y la mejora de las baterías deberían dejar muy pronto estos argumentos en cosa del pasado. Y más cuando informes como el último de Recurrent Auto, así como las estimaciones del precio de las baterías en los próximos años, invitan a pensar que la cosa no va a ser para tanto. Es más, el último informe del que hablamos realiza una declaración rotunda: en muy pocos años, el cambio de una batería en un coche eléctrico será más barato que sustituir un motor de combustión interna.
Y me dirás: un motor térmico tiene una vida útil mucho mayor que una batería de alto voltaje, que una cosa no tiene que ver con la otra. Bien, el estudio de la consultora viene a recalcar, básicamente, que el cambio de baterías de un coche eléctrico en el futuro no va a suponer un desembolso tan alto como muchos creen. Y más teniendo en cuenta que la sustitución de dicha batería es algo poco común y que, de producirse, se suele realizar dentro de los períodos de garantía ofrecidos de las marcas, generalmente de unos 8 años y 150.000 kilómetros de media.
«Los días de preocuparse por los costosos recambios de baterías de los vehículos eléctricos están contados», sentencia Recurrent Auto, que lo avala con los costes del kWh y de la caída del precio del litio en los últimos –y en los próximos– años. Para que te hagas a una idea: en 2023, el precio medio del kWh para una batería de iones de litio era de 149 dólares (unos 142 euros), mientras que en 2026 se estima, según Goldman Sachs, que caiga a 80 dólares el kWh (76 euros). Es decir, que en tres años el precio va a caer prácticamente a la mitad. Fíjate en el gráfico anterior y cómo no hace mucho, en 2013, los precios rondaban los 800 dólares.
Detrás de esto hay varios factores relacionados con los grandes avances tecnológicos de los últimos años: principalmente, la caída del precio del litio y de las materias primas, lo que impulsa también el uso de químicas favorables y más baratas como las LFP; también el uso de baterías de mayor densidad energética, que ofrecen mayores rendimientos a igualdad de precio; y por último, la mayor actividad de reciclaje y reutilización de las baterías y de los materiales extraídos, lo que favorece el acceso a materias primas más baratas.
Ya no solo es una cuestión de paridad de precios en la compra de coches nuevos, sino que el mercado de segunda mano cogerá un mayor protagonismo al creerse los propietarios que el coste de cambio de una batería no va a suponer un gasto tan grande como el esperado inicialmente. Y estas cifras no van a hacer más que mejorar: según Goldman Sachs, para el 2030 los precios caerán a 64 dólares el kWh (61 euros), y eso son estimaciones bastante ‘pesimistas’. La organización RMI apunta más bajo y cree que para el final de esta década los precios del kWh oscilarán entre los 32 y los 54 dólares (30-51 euros).
Recurrent Auto recuerda que CATL ya ofrece en este 2024 algunas baterías LFP a un precio de 56 dólares el kWh (53 euros), por lo que estos pronósticos están muy cerca de hacerse realidad. «El mercado mundial de baterías de iones de litio seguirá sobreabastecido hasta 2028, lo que hará que los precios sean incluso más bajos de lo previsto», asegura la consultora.
Traduciéndolo a números reales: situando un precio medio de 50 dólares el kWh, un paquete de 100 kWh de capacidad, como la del Audi Q6 e-tron por ejemplo, tendría un coste de sustitución de unos 5.000 dólares (4.776 euros). Un paquete de 75 kWh, como el del Tesla Model 3 Long Range, pasaría a costar 3.375 dólares (unos 3.222 euros), algo inferior a lo que cuesta un cambio de motor térmico de cuatro cilindros en EE.UU., según datos de JD Power.
A esto habría que añadirle un factor beneficioso más para el propietario, y es que gracias al potencial y posterior uso de la batería como sistema de almacenamiento o de respaldo, se podría sacar un beneficio extra al vender dicha batería en el mercado de segunda mano. Según Recurrent Auto, los clientes podrían reducir el coste de cambiar la batería sacándose entre 10 y 20 dólares por kWh.