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El coche eléctrico no es el Apocalipsis de la industria alemana, sino todo lo contrario
De acuerdo con un reciente estudio, la transición al coche eléctrico y el abandono de los motores de combustión interna podrían terminar reforzando a la industria alemana.
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Según un estudio elaborado por el IDOS (Instituto Alemán de Desarrollo y Sostenibilidad) en cooperación con varios institutos de investigación de Alemania, Canadá, Reino Unido y Suiza, la transición a la movilidad eléctrica no solo no resultará perjudicial para la industria germana, sino todo lo contrario: el abandono de los motores de combustión interna la fortalecerá.
A pesar de que las últimas informaciones apuntan a que la Unión Europea podría estar planteándose flexibilizar la prohibición de vender automóviles térmicos nuevos en el mercado común a partir de 2035, el informe sostiene que mantener la norma inalterada terminaría resultando beneficioso a largo plazo. Y es que retrasar los objetivos de electrificación aumentaría la ventaja de los competidores chinos y de otros países.
«Lo mejor que pueden hacer los políticos es garantizar la seguridad de las inversiones y cumplir el ambicioso calendario europeo de eliminación progresiva de la venta de motores de combustión», explica Karoline Rogge, de la Universidad de Sussex. Entre otras medidas, se piden medios de financiación para que los proveedoras puedan dar el salto al desarrollo y la producción de componentes para vehículos eléctricos.
Adrian Rinscheid, de la Universidad de St. Gallen, considera que una legislación clara será clave para lograr la popularización de la movilidad eléctrica. «Quien crea una perspectiva económica clara para los empleados y las empresas también obtiene apoyo social para el cambio».
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La Unión Europea podría adoptar un enfoque más flexible y debilitar los objetivos de reducción de emisiones
El pasado mes de enero, la Comisión Europea puso en marcha un diálogo estratégico con la industria automotriz para definir un plan de acción coordinado en un momento especialmente delicado para el sector. Aparentemente, los grupos de presión estarían tratando de lograr exenciones que permitan seguir vendiendo híbridos enchufables y modelos térmicos capaces de funcionar con combustibles sintéticos más allá de 2035.
Es muy probable que la Unión Europea termine adoptando una postura más flexible con el objetivo de dar un mayor margen de maniobra a la industria. Entre otros escenarios, Bruselas estaría contemplando aplazar las penalizaciones por exceso de emisiones, rebajar los límites actuales y/o suavizar la prohibición de vender vehículos con motor de combustión interna. Unas medidas que, de acuerdo con el estudio del que hoy nos hacemos eco, terminarían resultando contraproducentes.
Fuente | IDOS