
En China podías comprarte una mini-camioneta eléctrica por 2.000 euros, ahora cuesta solo 1.000 euros
La bajada de costes en China permite que sus fabricantes ofrezcan vehículos eléctricos a muy bajo coste, como esta camioneta eléctrica que ha pasado de solo 2.000 euros a solo 1.000 euros.

Muchos se preguntan por qué crece tanto el mercado del coche eléctrico en China y por qué su consumo de petróleo y sus derivados está bajando entre un 4 % y un 5 % anual. Esto tiene mucho que ver con la electrificación del transporte, una transformación que no solo han abordado con coches eléctricos, sino también con pequeños minicohes y minifurgonetas de bajo coste, que pueden adquirirse por el precio de una bicicleta eléctrica en Europa.
Uno de los ejemplos más gráficos de que no siempre se necesitan grandes motores y autonomías extensas es una camioneta eléctrica comprada por un redactor del portal norteamericano Electrek. En 2021, decidió embarcarse en la arriesgada aventura de importar una minipickup eléctrica desde China a Estados Unidos.
La experiencia ha sido mixta. El vehículo ha demostrado un rendimiento bastante bueno, con un funcionamiento intachable, sin problemas mecánicos hasta la fecha y con una polivalencia que le permite aprovecharlo al máximo en su finca.
Cuenta con un motor trasero de 3 kW, que le permite alcanzar una velocidad máxima de 40 km/h, y se alimenta de una batería de litio de 60 V y 100 Ah. Aunque no ha realizado pruebas exhaustivas de autonomía, estima que puede recorrer alrededor de 100 km por carga.
Una minipickup eléctrica por 1.000 euros

Lo más sorprendente es su precio. En su momento, en China costaba apenas 2.000 euros, pero ahora ha bajado a solo 1.000 euros, todo ello en un contexto de crisis inflacionaria y tensiones comerciales. La reducción del coste de las baterías ha sido clave en esta bajada de precio.
Otro aspecto destacable, además de su polivalencia, es que en estos cuatro años la camioneta no ha presentado fallos. Se trata de un modelo muy básico en cuanto a calidades, pero sigue funcionando sin problemas día tras día.
Eso sí, también hay contras importantes. Tal como señala el redactor, el primer problema para quienes viven fuera de China son los costes logísticos y arancelarios. En su caso, los 2.000 dólares iniciales se convirtieron en 6.000 dólares tras sumar los gastos de aduana, lo que ya supone un obstáculo importante.

Otro inconveniente es que estos vehículos no cuentan con garantía. Enviarlo de vuelta a China no es una opción, por lo que cualquier problema debe ser resuelto por el propietario. Esto limita su operatividad fuera de entornos donde haya alguien con conocimientos de mecánica y electricidad.
También está el problema de la homologación. Estos modelos no están certificados para circular por carreteras públicas, por lo que su uso se restringe a espacios privados, como fincas o terrenos de empresas.
La conclusión es clara: el coste de los vehículos en China se ha desplomado, y esta bajada se traslada al precio final para los consumidores. Sin embargo, en Occidente apenas se ha notado esta reducción, lo que mantiene los precios elevados y frena la transición energética. Mientras tanto, China avanza decidida a reducir su dependencia energética externa, no solo con grandes SUV, berlinas y compactos eléctricos, sino también con minicamionetas y pequeños urbanos que resultan perfectos para las necesidades de millones de personas.