
¿Cuánto se degradan realmente las baterías de los coches eléctricos? Los datos dicen menos de lo que crees
Un estudio con 7.000 coches eléctricos revela que la mayoría mantiene cerca del 90 % de su capacidad tras 150.000 km, desmontando los temores sobre la vida útil de las baterías.

Uno de los grandes miedos, y mitos, en torno al coche eléctrico sigue siendo la batería. ¿Se degradan demasiado rápido? ¿Será habrá que cambiarla a los diez años? ¿Qué pasa después de que termine la garantía? Estas preguntas siguen muy presentes tanto en redes sociales como en conversaciones del día a día con nuestros entrañables «cuñados». Pero las evidencias técnicas va dejando cada vez menos espacio para el alarmismo.
En una reciente entrevista realizada por la prensa alemana, Markus Hackmann, director general de la consultora de ingeniería P3 Group, compartió datos objetivos extraídos de más de 7.000 vehículos eléctricos de múltiples fabricantes. Y las conclusiones no solo son tranquilizadoras, sino también sorprendentes.
Degradación de las baterías: más lenta de lo que muchos creen

De media, las baterías estudiadas conservaban casi el 90% de su capacidad original tras 150.000 km. Es decir, tras muchos años de uso, a una media de 15.000 km al año son 10 años, y una distancia equivalente a más de tres vueltas completas a la Tierra, la pérdida de autonomía es muy baja.
Algunos modelos incluso mejoran los registros. Un Hyundai Ioniq 5, por ejemplo, mostraba un 105% de su autonomía nominal tras 80.000 km, gracias a que sus ingenieros incluyeron más capacidad útil de la anunciada para proteger la batería a largo plazo.
Eso sí, también se han detectado casos de degradación más rápida, y según Hackmann, estas diferencias están claramente relacionadas con ciertos fabricantes, lo que indica que no todos aplican los mismos márgenes de seguridad en sus sistemas de gestión de batería (BMS).
Uno de los factores clave en la degradación es el uso del cargador rápido, pero Hackmann aclara que no se trata del “qué”, sino del “cómo”. No es tanto el hecho de cargar rápido, sino cómo se gestiona la potencia durante la sesión de carga. Los sistemas más avanzados ajustan dinámicamente el ritmo de carga para no sobrecalentar las celdas y reducir el desgaste, aunque no todos lo hacen de una forma eficiente.

También entran en juego factores como el trato que recibe la batería. Una batería con unos mínimos cuidados, sin descargas profundas habituales, y son quedarse al 100% durante muchos días de forma regular, puede mantener mejor su vida útil que el mismo pack «maltratado». Pero incluso en el primer caso, la vida de la batería es mucho más extensa de lo que muchos piensan todavía.
En definitiva, la vida útil de una batería eléctrica no está escrita en piedra, pero sí está mejorando de forma constante gracias a la experiencia acumulada por los fabricantes y a una gestión más inteligente de elementos como la carga rápida, pero también está en manos de los propietarios, que deben tener unos mínimos cuidados para evitar acelerar la degradación.
Degradación de baterías: los números hablan claro
- En los primeros 30.000 km, las baterías bajan al 95% de capacidad.
- A los 100.000 km, su estado de salud (SoH) se sitúa en el 90% de media.
- Incluso pasando de 200.000 a 300.000 km, el SoH se mantiene estable alrededor del 87%