Nadie quiere el Mercedes Clase G eléctrico. ¿Por qué ha sido un enorme fracaso?

La versión eléctrica del icónico todoterreno de Mercedes no despega. Con solo 1.450 unidades vendidas en Europa en un año, el modelo es considerado internamente como “un fracaso”. Su elevado peso, precio y diseño no optimizado para ser eléctrico han limitado su éxito.

Nadie quiere el Mercedes Clase G eléctrico. ¿Por qué ha sido un enorme fracaso?
El Mercedes-Benz G 580 EQ Technology ofrece 473 km WLTP de autonomía.

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Publicado: 03/06/2025 18:30

Presentado como un símbolo de los cambios que está viviendo el mundo del automóvil, el mítico Mercedes Clase G eléctrico no está funcionando como esperaba la marca. Lanzado en abril de 2024 bajo el nombre comercial G 580 EQ, apenas ha conseguido convencer al público, y las cifras lo demuestran: solo 1.450 unidades matriculadas en Europa tras casi un año en el mercado. Y muchas son matriculaciones de prensa y de concesionario.

Y es que muchas veces, los directivos tienen ideas que suenan muy bien en su cabeza, pero están abocadas al fracaso antes de llegar al mercado. Un Clase G que se mueve en un nicho de mercado muy concreto, donde el modelo gasolina sigue vendiendo a un ritmo bastante llamativo, con 9.700 unidades en Europa, multiplicando por siete los números del modelo eléctrico.

Desde Mercedes aseguran que las ventas están «dentro de lo previsto», aunque sin revelar qué objetivos concretos se habían marcado. Sin embargo, varias fuentes internas citadas por el diario Handelsblatt reconocen que el modelo es «un completo fracaso» y que “nunca podrá ser un gran éxito”.

Independientemente de su sistema de propulsión, el Clase G es un todoterreno con todas las letras.

Uno de los mayores problemas es que el G eléctrico no está diseñado sobre una plataforma específica para coches eléctricos. Mercedes optó por mantener la clásica estructura de largueros, integrando las baterías dentro del bastidor de acero de hasta 4 mm de grosor. Esto permite conservar la estética y rigidez típicas del modelo, pero penaliza el peso: el coche se va hasta los 3.100 kg en vacío, lo que limita la carga útil a solo 415 kg y elimina la posibilidad de remolcar. Blanco y en botella…

Tampoco ayuda el precio: parte desde 142.600 euros, muy por encima de las versiones con motor diésel (desde 124.300 €) o gasolina (desde 133.500 €). A pesar de contar con capacidades offroad sobresalientes, como los cuatro motores eléctricos independientes que permiten girar sobre sí mismo como un tanque, no parece suficiente para justificar su coste y sus limitaciones.

Mientras tanto, El Clase G con motor de combustión vive una segunda juventud. Las fábricas están a pleno rendimiento, con más de 42.000 unidades producidas al año, y el primer trimestre de 2025 registró un aumento del 18% en las ventas, principalmente en los mercados fuera de Europa.

Ante este panorama, Mercedes estaría reconsiderando incluso lanzar una versión con motor térmico del futuro mini Clase G, pensado originalmente como un modelo 100% eléctrico. Según fuentes internas, ya se estudia una reconfiguración del diseño frontal para hacerla compatible con motores de gasolina y no tirar el dinero en un modelo que no tendrá demanda.

Pero mientras tanto, sus rivales chinos si han dado con la tecla. Y es que los todoterrenos eléctricos, y eléctricos con extensor de autonomía, está viviendo un renacimiento de la mano de marcas como Chery y BYD, que están lanzando propuestas con elevados niveles de calidad, equipamiento, con excelentes capacidades offroad, de remolque, y precios razonables. Señal de que si se quiere, se puede hacer.

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