
Citroën prepara su respuesta low cost al nuevo Twingo con un icono reinventado
Citroën podría resucitar al mítico 2CV como coche eléctrico urbano y asequible. Inspirada en el éxito de la nueva Twingo, esta reinterpretación tendría un diseño neo-retro y tecnología simple. El objetivo: recuperar el espíritu original con soluciones actuales.

Durante décadas, el Citroën 2CV fue mucho más que un coche: fue un símbolo de movilidad accesible, práctica y profundamente ligado a la identidad francesa. Ahora, en pleno auge del coche eléctrico urbano y con el ejemplo de Renault rescatando el Twingo, el regreso de un modelo como el 2CV, adaptado al siglo XXI, parece más pertinente que nunca.
El futuro Twingo eléctrico, que Renault lanzará en 2026, y que se espera tenga alguna versión por menos de 20.000 euros, ha marcado un punto de inflexión. Con su diseño retro-modernizado, formato urbano y enfoque económico, está demostrando que hay espacio en el mercado para reinterpretar coches míticos desde una perspectiva moderna y sostenible.
En este escenario, Citroën tiene una oportunidad única: aprovechar el legado emocional del 2CV y transformarlo en un producto adaptado a las necesidades actuales, con una propuesta sencilla, robusta y honesta, tanto en lo técnico como en lo económico.
¿Y si el 2CV eléctrico fuera la próxima revolución urbana?

Un hipotético regreso del 2CV no sería solo una operación de nostalgia. Sería una respuesta pragmática a una demanda real: la de una movilidad urbana accesible, eficiente, fácil de mantener y pensada para todos los públicos. En otras palabras, una alternativa real al SUV, especialmente en tiempos donde la sencillez empieza a recuperar valor frente al exceso tecnológico.
Citroën podría apostar por un diseño neo-retro auténtico, con guiños estéticos como los faros redondos, el capó nervado, las aletas marcadas o incluso un techo textil. Todo ello sobre una plataforma ya disponible en Stellantis, como la Smart Car que servirá de base a los nuevos C3 y Fiat Panda eléctricos. Esto permitiría contener los costes y acelerar el desarrollo.
En cuanto a la mecánica, una versión eléctrica parece la opción más lógica, con un motor de entre 80 y 110 CV y una batería de 40 a 50 kWh, suficiente para lograr entre 300 y 400 km de autonomía, con unos 80 kW de potencia de carga rápida de serie, y un diseño optimizado con amplio espacio en sus maleteros.

Esta propuesta permitirá a Citroën adaptarse tanto en un entorno donde la competencia china en los segmentos de acceso será cada vez más elevada, y donde la apertura de fábricas en suelo europeo así como un horizonte en 2028, con el final de los aranceles, que hacer que el medio plazo sea clave en los planes de los grandes grupos.
Por otro lado, la celebración del 80º aniversario del 2CV en 2028 sería una ocasión perfecta para su renacimiento. Con el respaldo técnico del grupo Stellantis, un diseño atractivo y una estrategia de precios realista, Citroën podría devolver al mercado una reinterpretación fiel, pero actualizada, del mito.
La clave estará en saber encontrar el equilibrio entre nostalgia y racionalidad. Si se hace bien, el nuevo 2CV eléctrico podría convertirse en un importante protagonista para la marca en Europa.