
El accidente de un Tesla que reabre el debate sobre los tiradores eléctricos en coches
Un terrible accidente mortal en Alemania ha desatado fuertes críticas contra el sistema de apertura con tiradores integrados y eléctricos. Marcas como Tesla, pero también otras como Mercedes, han apostado por un sistema del que los bomberos alertan que se vendió como innovación, pero puede convertirse en una trampa mortal como le sucedió a una familia.

Hace unos días, un padre conducía un Tesla Model S Plaid con tres de sus hijos a bordo por la carreteras alemanas, cuando en una maniobra imprudente, adelantando a tres coches a alta velocidad en una carretera secundaria, perdió el control y chocó contra un árbol. En el siniestro, tres personas, entre ellas dos niños, fallecieron tras quedar atrapadas en el interior envuelto en llamas. Los equipos de rescate señalan que el sistema eléctrico de apertura de puertas dejó de funcionar tras el impacto y que los tiradores se derritieron en cuestión de segundos haciendo imposible acceder de forma rápida al interior.
El caso ha puesto en el punto de mira un detalle de diseño que, en lugar de mejorar la aerodinámica y la estética, podría convertirse en un serio obstáculo en situaciones de emergencia. El propio cuerpo de bomberos alemán ha exigido a los fabricantes volver a sistemas mecánicos de apertura, fáciles de accionar tanto desde dentro como desde fuera del vehículo.
Los tiradores retráctiles, una moda con riesgos ocultos

Los tiradores eléctricos retráctiles se han popularizado en los últimos año. Marcas de primer nivel han apostado por esta solución, que aporta una imagen más limpia y ayuda a reducir mínimamente la resistencia aerodinámica. Sin embargo, el accidente ha mostrado lo que ya advertían algunos expertos: si el suministro eléctrico se corta tras un impacto, la apertura puede quedar inutilizada justo cuando más se necesita.
Desde el Deutsche Feuerwehrverband, la principal organización de bomberos en Alemania, advierten de que los equipos de rescate debe ser capaces de abrir una puerta sin necesidad de herramientas y sin perder tiempo en localizar mecanismos ocultos. La crítica se extiende a modelos que solo disponen de tiradores mecánicos en las puertas delanteras, o en los que el sistema de emergencia está tan escondido que resulta casi imposible de localizar en una situación de pánico.
Algunos fabricantes han intentado dar soluciones intermedias. Un ejemplo citado por especialistas es el sistema del Audi A5, que despliega un cable de apertura tras el disparo de los airbags. En cambio, otros modelos apuestan por eliminar directamente los tiradores, sustituyéndolos por botones que también dependen de la alimentación eléctrica. Es el caso del Ford Mustang Match e entre otros.

El debate ha llegado ya a los organismos reguladores. A partir de 2026, Euro NCAP rebajará la puntuación de seguridad a aquellos modelos cuyos tiradores no puedan accionarse manualmente tras perder tensión eléctrica. Más allá de Europa, en China se ha anunciado que a partir de 2027 los tiradores eléctricos retráctiles quedarán prohibidos por completo.
El trasfondo de esta polémica recuerda a una lógica empresarial conocida: evaluar qué resulta más barato, si rediseñar un sistema para hacerlo más seguro o afrontar posibles litigios tras accidentes mortales. Mientras tanto, voces críticas insisten en que estamos ante una moda que prioriza el diseño frente a la seguridad, con consecuencias que, como ha sucedido en Alemania, pueden ser fatales si se suman con una conducción imprudente.