
Portugal descubre un tesoro oculto que puede cambiar la industria del coche eléctrico en Europa
Portugal puede esconder mucho más litio de lo que se pensaba bajo su suelo. Un recurso estratégico que promete impulsar el coche eléctrico en Europa y que puede ayudar a reducir la dependencia de China.

El litio se ha convertido en el nuevo oro blanco. Un recurso que hasta ahora estaba en manos de países como Australia, Chile o China que los principales productores. Sin embargo, las últimas noticias procedentes del norte de Portugal pueden sacudir el tablero energético del continente, pero también el tablero social.
En la región de Boticas, las recientes campañas de exploración han revelado que las reservas de litio conocidas son mucho mayores de lo estimado. Los nuevos cálculos confirman al menos 39 millones de toneladas de mineral explotable.
Un potencial que podría reconfigurar el mapa del coche eléctrico en Europa

Las investigaciones no se detienen ahí. Existen indicios de que las reservas podrían superar los 100 millones de toneladas, lo que se estima puede servir para producir hasta 47 millones de baterías para coches eléctricos. Un volumen de este calibre situaría a Europa en una posición mucho más competitiva frente a las potencias actuales y reduciría de forma significativa la dependencia exterior.
El país luso ya es el primer productor europeo de litio, aunque hasta ahora sus extracciones se destinaban casi en exclusiva a la industria del vidrio y la cerámica. El proyecto minero de Boticas supondría un salto cualitativo para todo el continente, al convertir a Portugal en un proveedor estratégico para la industria del coche eléctrico.
Los planes iniciales contemplan que la construcción del complejo arranque en 2026, con una puesta en marcha prevista hacia 2028. A medio plazo, la mayor parte de la producción se destinaría a alimentar fábricas de baterías situadas en Alemania, aunque la expansión de las fábricas en el viejo continente, especialmente en España, abrirá ese abanico de suministro.
Pero no todo son buenas noticias. Las asociaciones locales y buena parte de los vecinos de la zona muestran su preocupación por el impacto medioambiental. El temor a que la explotación afecte a la biodiversidad y al equilibrio del entorno natural ha encendido un debate que promete intensificarse en los próximos años según avance el proyecto.
Fuente | afia.pt