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Nuevo escándalo diésel en Alemania: los fabricantes realizaron experimentos con monos y humanos para demostrar que sus gases no eran cancerígenos

Un nuevo escándalo relacionado con las motorizaciones diésel ha sacudido Alemania en las últimas horas. Tras el Dieselgate, que provocó una crisis interna de gran calado en Volkswagen tras descubrirse que utilizaron un software especial para falsear las emisiones de sus motores durante las pruebas de homologación, se ha descubierto que tanto Volkswagen como BMW y Daimler (Mercedes-Benz) pagaron a varias empresas externas para que sometieran a monos y a seres humanos a pruebas que demostraran que las emisiones contaminantes de los motores diésel no eran perjudiciales para la salud, es decir, que ni afectaban al sistema respiratorio ni al circulatorio, y que no producían cáncer.

Las reacciones del gobierno alemán no se han hecho esperar, que poniendo el grito en el cielo, han declarado que no hay forma de justificar este comportamiento desde un punto de vista ético, diciendo que los fabricantes deberían centrarse antes en reducir sus emisiones contaminantes que en demostrar que no son perjudiciales para la salud humana.

Los experimentos realizados con monos se llevaron a cabo en el año 2014, concretamente en el laboratorio Lovelace Biomedical de Alburquerque. Esto fue descubierto por The New York Times, que fue el periódico que denunció la situación. Por su parte, los periódicos alemanes Stuttgarter Zeitung y Süddeutsche Zeitung han revelado que la Asociación Europea de Estudios sobre la Salud y el Medio Ambiente en el Transporte (una entidad fundada en 2007 por BMW, Daimler, Volkswagen y Bosch) hicieron inhalar dióxido de nitrógeno a un total de 25 personas en la clínica universitaria de Aquisgrán. Conviene recordar que el dióxido de nitrógeno es un conocido y peligrosísimo agente cancerígeno.

El director del Instituto de la clínica universitaria de Aquisgrán ha confirmado a los medios la realización de dichos estudios, si bien ha remarcado que no tuvo absolutamente nada que ver con el anterior escándalo de emisiones que salpicó a Volkswagen.

Hay que tener en cuenta que a pesar de que los experimentos mostraron que la inhalación de los gases en un principio no afectaba a los pacientes, no son extrapolables al resto de la población, entre otras cosas porque el dióxido de nitrógeno solo es uno de los numerosos gases contaminantes que emite un motor diésel, además de que sus resultados (cáncer, enfermedades respiratorias) se observan a largo plazo.

Los representantes de Daimler y Volkswagen se han apresurado a distanciarse de sendos experimentos, prometiendo investigaciones internas para depurar responsabilidades y dando a entender que la cúpula de ambas empresas no conocía la existencia de dichas pruebas, pues «contradicen sus valores y principios éticos».

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