Con el incremento de la producción de coches eléctricos, también ha aumentado la presión sobre algunos de los recursos naturales que dan forma a sus baterías. Elementos como el cobalto, que han visto como su demanda se ha multiplicado, y eso que las ventas de este tipo de coches todavía son residuales si las comparamos con los coches convencionales.
Esto provoca que el precio del propio cobalto esté en pleno crecimiento, provocando la incertidumbre de los fabricantes que ven como día es más caro conseguir el material. Es por eso que empresas como Panasonic hayan movido ficha para ponerle solución.
Este miércoles Kenji Tamura, encargado del negocio de baterías de la propia Panasonic, ha confirmado que en los últimos años los nuevos procesos de fabricación han permitido la reducción de la presencia de cobalto. Pero el objetivo es lograr desarrollar una nueva generación de acumuladores que lleve la cifra hasta el cero.
Al mismo tiempo que Panasonic trabaja en reducir el cobalto, lo hace también en mejorar la densidad energética. Algo que ha confirmado el cliente exclusivo del fabricante japonés, Tesla, que hace unas semanas mediante su director técnico, JB Straubel, indicaba que las baterías están mejorando de manera constante cada año, en torno al 5% anual en su densidad energética.
Esto permitirá lograr completar dos objetivos muy importantes para el coche eléctrico. Por un lado el desarrollo de una generación de baterías de mayor densidad, que además logre reducir los costes de producción tanto por el aumento de la economía de escala, como por la reducción del uso de materiales como el propio cobalto.
No nos olvidamos del aspecto publicitario, y es que en los últimos meses los críticos con el coche eléctrico han argumentado el problema del uso de minerales de sangre. Materiales obtenidos en lugares como la República del Congo, donde no se respetan los mínimos derechos humanos. Algo que ha perjudicado algo al sector que ahora busca alternativas más sostenibles.
En el caso de la propia Tesla y Panasonic, además de buscar alternativa al cobalto, también han abierto una vía alternativa. Y es que con el incremento del precio se ha abierto también la posibilidad de recuperar viejas minas abandonadas, y situadas en regiones mucho más estables. El ejemplo es el pueblo canadiense de Cobalt, donde Tesla ha firmado un acuerdo para la explotación de un material que hasta hace pocos años no tenía valor, pero que ahora se ha convertido en el nuevo oro. Por su parte Panasonic hace unos años decidió no usar el cobalto del Congo, optando por el más cercano a sus plantas en Filipinas.