La recarga de coches eléctricos permite a las empresas explorar nuevos nichos de mercado. Sobre todo aquellas que requieran que el cliente pase una determinada cantidad de tiempo en sus instalaciones realizando alguna gestión. Entre estos destacan los supermercados, que se han convertido en un emplazamiento idóneo para instalar puntos de recarga rápida.
Al menos así lo ha visto el grupo alemán Lidl, que ha confirmado su vertiginosa expansión de puntos de recarga rápida para coches eléctricos en Europa. Y como ejemplo el importante proyecto que supondrá que en un año se instalarán 400 nuevas estaciones en Alemania, y que se sumarán a las 50 ya en funcionamiento.
Según Wolf Tiedemann, Director de Servicios Centrales en Lidl: «Para avanzar en el cambio de movilidad en Alemania, tenemos que quitar la preocupación de la gente sobre una autonomía limitada. Por lo tanto, la expansión generalizada de nuestra infraestructura de carga es un factor decisivo para el éxito de los vehículos eléctricos y una inversión en la movilidad del futuro».
Por un lado habrá estaciones de carga rápida, que se situarán en las tiendas cerca de las autovías y principales vías de comunicación. Por su parte en las restantes tiendas se pondrán en marcha unas tomas multiformato con carga en alterna a 22 kW, y en continua a 50 kW. La idea es crear una red que permita instalar una estación de carga como máximo cada 50 kilómetros, con una media de 20 kilómetros entre estación y estación.
Größtes Ladesäulennetz im deutschen Lebensmittelhandel und Investition in die #Mobilität von morgen: #Lidl plant den flächendeckenden Ausbau von #Elektromobilität mit rund 400 E- #Ladesäulen an Filialen bis März 2020. #Lidlde #Elektroauto https://t.co/qAa0g4Rvtb pic.twitter.com/Nwx5s6NINs
— Lidl Deutschland (@lidl) 11 de marzo de 2019
Este movimiento no tiene sólo un componente publicitario o de compromiso con el medio ambiente. Una de las claves es la agresiva expansión que está realizando uno de los principales competidores de Lidl en Alemania, Kaufland, que este pasado mes de febrero ponía en marcha su estación numero 100. El doble que la propia Lidl.
Además desde las empresas de pone sobre la mesa el potencial de la instalación de puntos para distinguirse de su competencia. En una era donde desde el móvil podemos saber el precio de los productos en múltiples establecimientos, apartados como la recarga puede inclinar la balanza de los clientes a la hora de seleccionar una u otra tienda.
Para reducir el coste de las instalaciones, las cadenas de supermercados se están apoyando en las ayudas públicas que el gobierno alemán está poniendo en marcha, y que permiten reducir un 40% el coste de las estaciones. Un papel público fundamental para convencer a las empresas a ayudar en la expansión de las redes de recarga que han encontrado en los supermercados un entorno de lo más interesante.
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