Entre las muchas iniciativas y apuestas del gobierno chino para lograr reducir las emisiones contaminantes en sus ciudades, estaba la promoción de la movilidad eléctrica. Algo que supuso la inyección de miles de millones de euros en diferentes sectores, desde la producción de coches, la construcción de fábricas de baterías, y también los incentivos a la compra de vehículos eléctricos. Pero en 2021 esta lluvia de dinero se dará por terminada para todas las tecnologías, incluyendo el hidrógeno.
Aunque los modelos eléctricos a batería ya se conocía desde el pasado año que no contarían con incentivos a partir de 2021, las marcas locales con modelos a hidrógeno presionaron al gobierno para lograr una excepción y extenderlas algo más para estos modelos.
Pero finalmente Pekín ha decidido que no habrá excepciones, y que en menos de dos años se dará por finalizado el programa de incentivos a la movilidad eléctrica. Momento en el que esperan que los precios de los vehículos habrán logrado mejorar hasta situarse muy cerca de sus versiones gasolina, y donde ya no será necesario el empuje de la administración pública.
Eso supondrá el final de los incentivos tanto a los coches eléctricos a batería, como a los modelos a hidrógeno. Una tecnología que no ha logrado el desarrollo esperado en los últimos años, y que ahora verá como uno de sus principales valedores corta el grifo de las ayudas tanto a la compra de vehículos como a la expansión de la costosa red de repostaje de hidrógeno.
Desde el gobierno chino se ha indicado que las ayudas públicas habían provocado un efecto de adicción entre algunos fabricantes de coches a hidrógeno, lo que ha dificultado el incremento de su competitividad a nivel mundial.
Esto sin duda será un duro golpe para la industria del coche a hidrógeno, que hasta ahora disfrutan de un marco muy favorable que suponía que por cada coche vendido podían recibir una ayuda de hasta 200.000 yuanes, 25.600 euros al cambio, cifra que se incrementaba hasta los 300.000 yuanes (38.500 euros) para los industriales, y nada menos que 500.000 yuanes (64.100 euros) a los autobuses.
Esto había supuesto un importante incremento de las ventas de vehículos dotados de un sistema a hidrógeno, que durante los nueve primeros meses del año habían logrado alcanzar las 1.251 unidades entregadas, o casi 8 veces más que las cifras del año anterior. Una cifra que de todas formas y a pesar de las fuertes ayudas, se quedan muy lejos de las 793.000 unidades que han entregado los coches eléctricos a batería entre enero y agosto.
Veremos ahora como afecta esta medida al destino de unas inversiones que en los últimos meses estaban comenzando a nutrir de forma importante a los vehículos a hidrógeno en China, pero que ahora podrían reducir dicho flujo económico a la vista de la pérdida de competitividad frente a otras alternativas más maduras a nivel comercial y de infraestructura.
Relacionadas | China decide apostar por el coche de hidrógeno frente al eléctrico a baterías
Vía | Autonews
