La incorporación de Toyota al sector del coche eléctrico será mucho más lenta de lo esperado. La apuesta de los japoneses seguirá estando centrada en los próximos años en los modelos híbridos. Pero las nuevas normas de emisiones de Europa, y las cuotas de ventas de china, obligarán a los nipones a poner en el mercado una mínima cantidad de coches 100% eléctricos para evitar sanciones.
Según un informe de diario Nikkei, Toyota planea vender 5.5 millones de coches electrificados para 2025, algo que supondría multiplicar por tres las cifras del 2018. Pero de estas, solo 500,000 unidades corresponderán a coches eléctricos puros.
Esto es solo una fracción de lo que planean otros fabricantes de automóviles como VW, que tiene previsto alcanzar el millón de unidades en 2023, y llegar a las 1.5 millones de unidades al año en 2025, o los «varios millones» que Elon Musk ha indicado logrará Tesla para esa fecha.
En los próximos cinco años Toyota lanzará al mercado al menos diez nuevos modelos 100% eléctricos. Comenzando este año con el Lexus UX 300e. Un SUV compacto con batería de 54,3 kWh que le proporciona una autonomía en torno a los 300 km WLTP. Un modelo en el que no hay grandes esperanzas a corto plazo, y es que este 2020 Toyota solo producirá 10,000 coches eléctricos, principalmente para el mercado chino, y 30,000 unidades en 2021.
Una producción que estará centrada en la planta que Toyota tiene en Motomachi, que de momento será la única habilitada para la fabricación de este tipo de vehículos. Unos planes que de momento no contemplan el adaptar otras instalaciones fuera de Japón para atender este sector, algo que a medio plazo puede ser un riesgo tanto para poder atender de forma rápida un posible incremento de la demanda, como sortear los movimiento geopolíticos que dificultarían la rentabilidad en ciertos mercados con la entrada en vigor de aranceles.
Pero como vemos, Toyota no tiene grandes expectativas en el coche eléctrico, por lo que una bajada de la demanda o de la rentabilidad no afectarían demasiado a sus cuentas, que al menos en los próximos 10 años dependerán de los sistemas gasolina e híbridos.
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