Un informe del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) pone sobre la mesa que la actual tecnología ya permitiría electrificar la mayor parte de los desplazamientos de los grandes portacontenedores que cada año recorren la ruta del Pacífico entre Estados Unidos y China. Una de las más transitadas del mundo que podría reducir su enorme impacto ambiental gracias a los sistemas a hidrógeno.
En la actualidad la industria del transporte marítimo pesado utiliza fuelóleo pesado derivado del crudo. Una fuente más económica pero que produce una enorme cantidad de emisiones contaminantes. Algo que desde la ICCT indican podría reducirse e incluso eliminarse sin grandes modificaciones en los actuales buques.
El estudio de ICCT ha determinado que el 99% de los viajes transpacíficos realizados en 2015 podrían haber sido realizados usando hidrógeno. De los actuales buques que realizan esta ruta, la mitad necesitarían realizar algunas modificaciones físicas para albergar el sistema eléctrico, las pilas de combustible y los depósitos de hidrógeno.
Según el informe, por regla general y dependiendo de la configuración del buque, en el peor de los casos sería necesario reducir en un 5% de capacidad de carga del barco para poder instalar el almacenamiento para el hidrógeno. Algo que se podría solucionar añadiendo una parada durante la ruta que permita recuperar la autonomía.
Al mismo tiempo se estima que en torno al 43% de los viajes realizados en la actualidad ya podrían haberse realizado con hidrógeno sin realizar ningún cambio en la capacidad de carga de los buques, ni hacer paradas para repostar durante la ruta.
En 2018, la Organización Marítima Internacional acordó que las emisiones del transporte marítimo deberían alcanzar su punto máximo lo antes posible, y caer al menos en un 50% para 2050 en comparación con los niveles de 2008.
Pero para los expertos, incluso estos objetivos de mínimos por parte de la industria, será necesario el uso de nuevas tecnologías y combustibles para impulsar los barcos. Algo que refrenda la posición del estudio que muestra que es posible en la actualidad que adaptar los actuales barcos es posible sin grandes modificaciones en su configuración, que permitirán acelerar la reducción de emisiones del sector del transporte marítimo.
El principal reto será la cuestión del repostaje. Será necesario realizar una fuerte inversión en I+D y en la creación de sistemas capaces de atender las necesidades de gigantes que requieren ingentes cantidades de energía para moverse. Un movimiento que sólo se logrará según los responsables del proyecto, con regulaciones públicas que empujen a las empresas de transporte a moverse hacia formas más sostenibles.
Desde el ICCT también se indica que para realizar la transición de una forma limpia, será necesario también que el hidrógeno usado por la industria proceda de fuentes limpias, como por ejemplo mediante la electrólisis (dividiendo las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno con una corriente eléctrica) y utilizando fuentes renovables para el proceso.
De momento la industria del transporte marítimo está dando pasos poco significativos de cara a su electrificación. Sólo hay un gran buque de esta clase que haya sido transformado con un sistema a hidrógeno. Es el japonés Suiso Frontier, que cuenta con unos depósitos capaces de almacenar 1.250 metros cúbicos de hidrógeno a 250 grados bajo cero, que le ofrecen una autonomía de 9.000 kilómetros y que está siendo usado como base de pruebas para conocer el potencial de una tecnología que como vemos parece lista para comenzar a transformar uno de los sectores más contaminantes del mundo del transporte.
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Fuente | Theicct
