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El Gobierno propone a Nissan fabricar un modelo eléctrico en Barcelona… mientras sondea a marcas chinas para sustituirla si abandona su planta española

Esta mañana la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi ha presentado su nueva estrategia corporativa, la cual perseguirá aumentar la colaboración entre las distintas compañías que la integran para mejorar su competitividad y reducir costes. Mañana Nissan y Mitsubishi darán datos más concretos de sus planes de futuro, mientras que Renault hará lo propio el viernes.

Sin embargo, para sobreponerse a la difícil situación económica que atraviesa el grupo, la Alianza podría verse obligada a cerrar algunas fábricas. Estos rumores hicieron que se encendieran todas las alarmas en España hace unas semanas, pues Nissan tiene una planta de producción de vehículos en Barcelona, mientras que Renault tiene una en Valladolid y otra en Palencia.

La factoría que más peligro corre es la de Barcelona, que actualmente fabrica la furgoneta eléctrica e-NV200 y las pick-up Navara, Renault Alaskan y Mercedes-Benz Clase X. Con una producción muy por debajo de su capacidad máxima, la planta de Barcelona afronta un futuro incierto mientras la Alianza se reorganiza y comienza a definir sus planes de futuro.

El Gobierno de España ha tratado en los últimos días de presionar a Nissan para atajar un posible cierre de la planta de Barcelona. La ministra de Industria, Reyes Maroto, ha afirmado que se está trabajando de forma intensa con la dirección del fabricante japonés para diseñar un proyecto de futuro para la histórica factoría barcelonesa.

El Gobierno, la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y el Consorcio de Zona Franca han remitido a Nissan un plan de viabilidad que incluye inversiones de 300 millones de euros para garantizar su actividad durante diez años con la producción de un nuevo vehículo eléctrico, cifra muy inferior a los 1.000 millones que el Ministerio de Industria calcula que le costaría a la marca cerrar su única planta en la Unión Europea.

Mañana Nissan anunciará sus planes de reestructuración, los cuales conllevarán una reducción del 20% de su capacidad productiva hasta 2023, lo que afectará al 15% de su plantilla (unos 20.000 empleados). Actualmente la fábrica de Barcelona cuenta con 3.000 trabajadores, a los que habría que sumar otros 30.000 puestos indirectos. Ante esta situación de incertidumbre los operarios de la fábrica llevan en huelga indefinida desde el 4 de mayo.

En paralelo a sus negociaciones con el gigante japonés, el gobierno español ha comenzado a trazar un plan B, sondeando a fabricantes de automóviles chinos para que reemplacen a Nissan en la Zona Franca en caso de que finalmente la marca decida irse. Para garantizar una transición suave, el Gobierno estaría tratando de que Nissan mantenga la producción durante uno o dos años.

Aparentemente el Ejecutivo ha contactado con tres compañías chinas, a las cuales se les ha expuesto los puntos fuertes de las instalaciones (pertenencia a la Unión Europea, ubicación junto al puerto y el aeropuerto de Barcelona, industria auxiliar ya asentada, etc) a la hora de construir coches eléctricos (el tipo de vehículo con el que las marcas chinas están tratando de introducirse en Europa). Por el momento se desconocen las empresas con las que el Gobierno ha contactado. ¿BYD? ¿BAIC? ¿SAIC (MG)? Todavía es pronto para saberlo.

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