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Los nuevos coches de la Fórmula E llegarán a los 600 kW de potencia regenerativa

A finales de este mes de junio la organización de la Fórmula E presentará los cambios que veremos en las próximas temporadas. Pero antes de este evento ya se han filtrado algunas informaciones que nos avisan de que en breve los monoplazas vivirán un importante salto adelante en cuanto a sus prestaciones.

Uno de los primeros cambios será un nuevo aumento de la potencia que tendrán durante las carreras. Esta pasará de los 250 kW actuales, que le permiten alcanzar los 100 km/h en apenas 2.8 segundos, hasta la nueva cifra que llegará a los 300 kW (409 CV). Algo que sin duda tendrá su impacto en aspectos como una velocidad máxima que en los modelos actuales se sitúa en los 280 km/h. Una potencia que como es habitual durante los entrenamientos y clasificación será algo más elevada, llegando a los 350 kW (477 CV). Todo en un conjunto que no superará los 900 kilos de peso incluyendo el piloto.

La batería por su parte es posible que sufra pequeñas modificaciones, pero la principal novedad será la inclusión de las paradas para recargar. Un elemento que durante las primeras temporadas suponía un cambio de coche, y que añadirá algo más de estrategia y emoción a las carreras ya que los pilotos tendrán que gestionar la capacidad de su batería y organizar sus paradas en boxes.

Para ello la organización desplegará una serie de puntos de carga ultra rápida, con potencias de ente 600 y 800 kW, que permitirán realizar paradas de unos 30 segundos. Todo un reto para los equipos, pero también para la organización de carga a tener lista la infraestructura en cada carrera.

Sin duda clave será el aspecto que se refiere a la frenada regenerativa. Un elemento crucial que permitirá recuperar parcialmente la carga de la batería, y que verá como sus cifras aumentan desde los 250 kW actuales hasta una cifra que los rumores indican llegará a los 600 kW.

Este además se realizará mediante dos sistemas conectados mediante una unidad de potencia, uno situado en la parte trasera con 350 kW, y otro en la delantera, de 250 kW. Dos elementos que jugará un papel crucial dentro de las estrategias y el estilo de conducción de los pilotos que tendrán que tener mucho más en cuenta este elemento a la hora de pilotar.

En cuanto a su aplicación, estos cambios están previstos entren en vigor en la temporada 2022/2023, y tendrán que pasar por la aprobación de la organización y los equipos en una competición donde el ahorro de costes ha sido una de las principales prioridades, y también un atractivo más para las marcas a la hora de embarcarse en la misma.

Pero sin duda el resultado será unas carreras más rápidas, emocionantes y complejas, que dado el nivel de potencias y velocidades que están alcanzando los coches, es posible que en breve comiencen a abandonar los trazados urbanos para dar el salto a los circuitos tradicionales.

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