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Después de 400.000 kilómetros, este Tesla Model S mantiene las pastillas de freno de fábrica

Aunque las prestaciones dinámicas y la autonomía suelen llevarse la mayor parte de las miradas de un coche eléctrico, otros aspectos como el menor mantenimiento se mantiene en un discreto segundo plano ofreciendo grandes beneficios a sus propietarios. Es el caso de las pastillas y discos de freno, que gracias a la frenada regenerativa pueden durar cientos de miles de kilómetros, tal como ha comprobado un propietario de un Tesla Model S.

Nigel Raynard es un australiano que ha compartido su experiencia a los mandos de un Model S 75D de 2018. Una unidad que es su herramienta de trabajo transportando personas desde y hacia el aeropuerto de Byron Bay.

Curiosamente cuando Nigel estaba preparando su nuevo negocio, tenía previsto comprar un BMW de gama alta para completar sus desplazamientos. Pero después de ver un documental sobre el escándalo de emisiones de Volkswagen, decidió que era hora de cambiar a un modelo más sostenible para aportar su granito de arena en la reducción de emisiones contaminantes.

Desde la compra de su modelo hace tres años, este propietario ha recorrido ya 400.000 kilómetros. Tiempo donde ha notado una pequeña pérdida de autonomía, que ha pasado de los 379 km originales a los 343 km actuales. Algo que supone apenas el 9% de pérdida, manteniendo la batería original.

Pero como decíamos, no solo es la autonomía y la ausencia de emisiones, sino también la importante reducción de costes operativos en aspectos como los mantenimientos.

Tesla Model S 100D
Prueba Tesla Model S 100D. Redefiniendo el automóvil americano con 548 kilómetros de autonomía eléctrica

Durante estos tres años apenas ha tenido que acudir al taller a realizar operaciones, siendo el gasto total de 5.000 dólares australianos, o 3.171 euros al cambio. Una pequeña parte de lo que habría pagado de haber seleccionado un BMW diésel o gasolina. Raynard dice que todo lo que ha tenido que reemplazar en este tiempo es una cámara, dañada por la limpieza del propietario con una máquina de presión, los ejes de transmisión delanteros, un compresor de aire acondicionado y un tirador de una de las puertas. 

Entre los aspectos que no han necesitado mantenimiento están las pastillas y frenos de disco. Y es que después de 400.000 km, estos todavía no han sufrido ni un solo cambio. Todo gracias a una conducción suave y el uso de la frenada regenerativa.

Una elección que le ha permitido evangelizar a los muchos clientes que se han subido a su taxi en estos tres años, y que han podido solventar de primera mano muchos mitos que existen sobre el coche eléctrico.

Algo que ha llevado a este feliz propietario a poner una reserva del nuevo Tesla Model S Plaid, que posiblemente se convierta en el sustituto del 75D que tan buen resultado le ha dado hasta el momento.

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Vía | TD

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