En la carrera por la movilidad sostenible nos hemos encontrado con dos vertientes muy importantes a la hora de reducir emisiones. El hidrógeno verde, creado a partir de fuentes de energía renovables, forma parte de las opciones que baraja el transporte para su electrificación. Pero son muchos los que dudan de su utilidad en sectores como el transporte personal o comercial, apostando más por una movilidad eléctrica a baterías.
La batalla entre los coches eléctricos e hidrógeno se encuentra presente en cada conversación. Unos creen que hay cabida para ambas opciones, pero otros no. Frank Juergens, presidente de Skoda Alemania, indicaba hace unas semanas que sigue siendo una alternativa muy cara, con una red de repostaje mínima, a lo que añade su significativamente menor eficiencia respecto a los eléctricos a batería. «Ninguna empresa puede darse el lujo de producir algo que al final no se venderá», afirmaba.
Los últimos en informar sobre sus planes de futuro han sido nada más y nada menos que las compañías de Amazon y UPS. La experta en flotas y movilidad Tiffany Nida, aseguraba en un seminario web que Amazon espera que los coches impulsados por hidrógeno sean más ligeros, con un combustible más rápido y con un mayor autonomía que los coches eléctricos. Sin embargo, añadía que la tecnología y los puntos de repostaje están todavía muy lejos de un mínimo exigible.
«El hidrógeno es… una gran parte del futuro», dijo Thomas F. Jensen, vicepresidente senior de política de transporte de UPS, durante el seminario web. «Pero ese futuro aún no se ha definido, francamente», aseguraba.
Nida y Jensen aseguraban que sus respectivos trabajadores prevén camiones de hidrógeno como parte de su flota. UPS los ve como una opción para las operaciones OTR a largo plazo. Para Amazon, «los detalles de ello están más lejos en el futuro», comentaba Nida.
Por el momento, Amazon tendrá 100.000 furgonetas eléctricas a batería repartiendo por todo el mundo antes de 2030. Para poder conseguir este objetivo, Amazon invirtió 700 millones de euros en Rivian con la finalidad de fabricar 10.000 unidades a finales de 2022 y las 90.000 restantes para 2030.
Con ello pretende cumplir uno de sus objetivos de sostenibilidad del 50% con respecto a envíos de cero emisiones para 2030. «También nos encantaría hacer compras a mayor escala de camiones eléctricos de servicio pesado, pero la tecnología y el mercado de estos vehículos de servicio se están quedando atrás», informaba Tiffany Nida.
Durante el seminario web se presentó un informe de Coalición de Políticas Bipartidistas, el cual ofreció sugerencias sobre cómo la política podría ayudar a acelerar la adopción de camiones eléctricos. Algunas de las principales recomendaciones fueron la creación de una ayuda pública del 30% a la venta de vehículos eléctricos pesados, eliminar el límite de 100.000 dólares para acceder a esta ayuda, además de proporcionar «una pequeña parte» de la financiación federal de infraestructuras para incentivar a los estados a la instalación de estaciones de recarga para vehículos pesados.
El objetivo corporativo de UPS es alcanzar la neutralidad de emisiones en todas las operaciones, a nivel mundial, para el año 2050. Jensen dijo que la compañía tiene la flota privada de vehículos de combustible alternativo más grande del país. Por su parte, la compañía ya ha realizado un pedido de 125 camiones Tesla Semi.
En el caso de Amazon, Nida aseguraba que «hasta que no tengamos una red completa, será difícil pensar en operar con estos camiones en cualquier escala de material que pudiera tener un impacto en nuestros objetivos de sostenibilidad».
Relacionadas | Amazon tendrá 100.000 furgonetas eléctricas repartiendo por todo el mundo antes de 2030