Uno de los fabricantes emergentes de Estados Unidos, Lordstown Motors, pretendía ser el primero en poner en el mercado un pick-up full size totalmente eléctrico en septiembre. No pudo ser, se les adelantó Rivian. La empresa acumulaba problemas económicos y de credibilidad después del informe de Hindenburg Research, que ponía en duda sus cuentas y ventas previstas.
A la compañía le llega un balón de oxígeno desde Taiwán, porque el gigante de la electrónica Foxconn -en realidad, Hon Hai Precision Industry Co.- ha comprometido 230 millones de dólares para quedarse con la fábrica de Lordstown (Ohio) y sacar adelante la producción en serie del Lordstown Endurance. Los primeros 57 preserie se hicieron en marzo.
De esta forma, Foxconn tendrá capacidad productiva en Estados Unidos y podrá atender a uno de sus clientes, Fisker Inc, la controlada por Henrik Fisker -no confundir con Karma Automotive-. No solo eso, también se queda con 50 millones de dólares en acciones de Lordstown. Los antiguos inquilinos podrán alquilar a Foxconn las instalaciones con parte de la plantilla actual, y Foxconn mantendrá el resto de la fuerza laboral.
Esta fábrica había sido adquirida en 2019 por Lordstown Motors a General Motors, que la había fundado en 1966
Para Lordstown esta jugada permite operar con menos capital y alivia presión a la empresa. A fin de cuentas, tienen las instalaciones claramente infrautilizadas porque no fabrican en serie ni en grandes números. La compañía ya estaba abierta a alquilar parte de la planta a otros fabricantes o construirles vehículos por contrato. Materializado el acuerdo, los vehículos de Lordstown los hará Foxconn.
La start-up americana ha anunciado a continuación que aumentará las cantidades previstas en i+D, previamente 310-320 millones de dólares, ahora 320-340 millones de dólares. A mediados de agosto la compañía tocó su valor mínimo en la bolsa, 4,77 dólares, actualmente se acerca al doble de ese mínimo, pero están lejos de los casi 32 dólares de cotización de febrero, su máximo histórico.
En cuanto a Foxconn, también es un buen negocio, ya que tras retirarse del proyecto de invertir 10.000 millones de dólares en una fábrica en Wisconsin, redujeron la inversión prevista a solo 672 millones de dólares. De acuerdo a Henrik Fisker, Foxconn fabricará 150.000 coches al año para Fisker Inc. a partir de 2024. Y se ahorran levantar una fábrica nueva, que era lo previsto inicialmente.
El acuerdo que se ha anunciado es provisional y se cerrará en unos seis meses, tal y como dijo a Reuters el nuevo CEO de Lordstown Motors, Daniel Ninivaggi. El anterior CEO y fundador, Steve Burns, dimitió tras el informe de Hindenburg, así como el responsable financiero, Julio Rodríguez.