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La Toyota Proace City Electric ya está a la venta y convivirá con versiones 1.5 diésel

La furgoneta compacta, basada en las Citroën Berlingo, Peugeot Rifter y Opel Combo de Stellantis, ya se comercializa de forma habitual en el mercado español con dos motorizaciones principales, diésel y eléctrica. La gama queda estructurada entre Proace City Van y Combi para los profesionales, y Proace City Verso para los particulares con homologación de turismo.

Mientras que sus primas Stellantis han renunciado a los motores térmicos para clientes particulares, Toyota mantiene la opción del motor diésel. Eso sí, el motor 1.2 gasolina de 130 CV ha desaparecido de toda la gama, salvo Proace City Verso en una única versión. Toyota se ha deshecho de los motores diésel en toda su gama, salvo los 4×4 y las furgonetas compartidas con Stellantis.

La gama Proace City Electric está disponible en dos longitudes de carrocería (L1 y L2) en versiones industriales o de particulares. Los precios arrancan en 25.155 euros para la Proace City Electric Van L1 (sin IVA), o 39.000 euros por Proace City Electric Family. Esta última puede optar a 7.000 euros de ayuda por el Plan MOVES, las profesionales hasta 5.000 euros.

A diferencia de Citroën, Opel y Peugeot, Toyota permite elegir para la versión de pasajeros -Proace City Verso- motores gasolina, diésel y eléctrico

Al igual que las versiones eléctricas de las furgonetas de Stellantis, solo hay un paquete de baterías de 50 kWh y un motor de 100 kW/136 CV. El cambio automático tiene cinco posiciones (P, R, N, D y B) y tres modos de conducción (Power, Normal y Eco). Además de la ruleta del cambio, el tablero de instrumentos específicos es lo único que cambia.

La autonomía homologada es de 280 km en ciclo WLTP. Se puede recargar en corriente alterna entre 5 y 7 horas, hasta un máximo de 11 kW, y en un punto de recarga rápido con corriente continua se recupera la autonomía por completo en 50 minutos.

La capacidad de carga no cambia, tenga el motor que tenga: 3,3 a 4,3 metros cúbicos, 750-800 kg, y 750 kg remolcables. Eso respecto a las Proace City Van y Combi. La versión turismo tiene cinco plazas con carrocería corta y siete plazas con la larga; las Combi tienen cinco plazas salvo la VX de siete asientos y motor diésel de 130 CV con cambio manual, la eléctrica no.

Como suele ser habitual, hay un importante salto de precio entre las versiones térmicas y eléctricas. Así, la Proace City Van con el motor diésel 1.5 de 100 CV arranca en 14.203 euros (sin IVA), y la Proace City Verso a gasolina 23.600 euros (con IVA). Hay que hacer muchos kilómetros para amortizar la diferencia. Lo mismo en los contratos de renting con KINTO One, a partir de 330 euros/mes + IVA para la comercial diésel más económica, 495 euros/mes + IVA para la eléctrica equivalente. Interesa si se pueden ahorrar más de 165 euros al mes en combustible.

Concentrándonos en las versiones eléctricas, las comerciales tienen dos niveles de equipamiento, GX y VX, mientras que Proace City Electric Verso pueden ser Active y Advance en carrocería corta, en carrocería larga solo Active con siete asientos. La gama térmica es un poco más rica, porque hay diésel de 100 y 130 CV, las industriales Van siempre manuales, las Combi y Verso pueden ser automáticas con el motor de 130 CV.

¿Por qué mantiene Toyota las versiones térmicas? Básicamente, porque puede. Con una gama tan electrificada, en la que apenas hay versiones de combustión interna sin hibridar, pueden matricular las Proace City Verso con motores diésel para aquellos clientes que no estén listos para dar el salto a la versión eléctrica. El balance de emisiones de CO2 respecto a Bruselas lo hace posible. Las versiones industriales ídem, el límite es más fácil de cumplir, y estas furgonetas no emiten precisamente mucho.

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