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Las ventas de coches con motor de combustión interna están en un declive permanente, y la mitad habrán desaparecido en 20 años

Esta década es fundamental en la historia del automóvil, porque la transición hacia los vehículos eléctricos ya no tiene vuelta atrás. Es fácil entender el concepto con datos y gráficos. Para empezar, entre 2022 y 2023 se va a producir el pico histórico de coches con motor gasolina, diésel o de combustible alternativo (ni híbridos ni eléctricos) a nivel mundial, en torno a los 1.250 millones de unidades, según predice Bloomberg NEF.

A partir de ese pico histórico, el número va a ir decreciendo por siniestros viales y achatarramiento, ya sea por edad, aburrimiento o averías que no merece la pena solucionar. En 2030, BNEF calcula que habrá más de 1.070 millones de unidades, pero irán decreciendo hasta unos 575 millones en 2040. El ritmo de decrecimiento de esa población va a ser más intenso en países desarrollados.

Y se puede afirmar esto cuando faltan todavía muchos años para que la producción de coches con motor de combustión interna sea inferior a la de modelos eléctricos (solo a baterías o pila de combustible de hidrógeno). En 2017 se produjo el pico histórico de producción, 87 millones de unidades, de las cuales 1,1 millones estaban electrificados. Fijaos:

Ventas globales de turismos de 2015 a 2025 (previsión) – Fuente: Bloomberg NEF

En 2020 hubo un notable bajón debido a la pandemia de COVID y cierres de industrias por todo el mundo. BNEF cree que en 2024 se habrá superado el pico histórico de producción, pero de coches en general, no de coches con motor de combustión interna. Eso sí, sus volúmenes van a ser relativamente estables -dadas las magnitudes de las que estamos hablando- y el crecimiento global vendrá de los coches eléctricos.

Es cierto que en los países desarrollados las ventas de coches sin electrificar van en constante declive, pero eso queda compensado con la demanda en países en vías de desarrollo donde no hay normativas que limiten su crecimiento. Entre 2022 y 2025 se espera prácticamente una duplicación de las ventas de coches eléctricos, de 10,7 millones a 20,6 millones, o el triple que en 2021. Se incluyen los híbridos enchufables en este cálculo.

Tampoco va a ser igual por fabricantes. Los que tienen más peso en el mercado chino y europeo llegarán antes al sorpasso de eléctricos a térmicos, otros se lo van a tomar más calma por su mayor dependencia del mercado estadounidense. Por ejemplo, Honda prevé que cerca de la mitad de su producción corresponda a coches eléctricos en 2030, y en 2040 ya será el 100%.

Los coches eléctricos tomarán el testigo de los térmicos, invirtiéndose una tendencia de más de 100 años

Las leyes del mercado son caprichosas y estos números pueden verse alterados. Desde luego los coches con motor térmico menos propensos a ser conservados van a desaparecer, pero los que sí tengan algún valor pueden acabar siendo convertidos a eléctricos -según se caigan barreras técnicas y administrativas- o permanecer tal cuales durante décadas y subiendo de precio. Lo escaso y raro siempre se aprecia.

Queda una pregunta fundamental, y es el impacto que tendrá todo eso en el consumo de energía. Los barriles de petróleo necesarios van a disminuir, todo lo que se ha vendido y se vende ahora son futuras reducciones. Pero también implica un mayor consumo de electricidad global. BNEF prevé un aumento del consumo eléctrico de 4.700 TWh para 2040, más de lo que consume Estados Unidos en la actualidad.

En 2050 ese consumo habrá aumentado a unos 8.800 TWh, más de lo que gasta China hoy día. En otras palabras, entre el 10% y 13% del consumo mundial de electricidad será para coches eléctricos en 2040, y entre el 15% y el 21% en 2050. Pero que nadie se alarme, esto no significará apagones masivos ni el fin de los días. Al revés, la integración en redes eléctricas inteligentes permitirá un sistema eléctrico más balanceado entre el día y la noche (menos sobredimensionado), con menos emisiones respecto al petróleo que se deja de gastar, y bastante más sostenible.

Honda NSX

Una predicción personal

Considerando todos estos datos, está claro que habrá una población muy significativa de coches con motor de combustión incluso en 2050, aunque la mayoría sean ya bastante antiguos. Los que no hayan sido convertidos a eléctricos tendrán dificultades para circular en determinados países, salvo que se hayan acogido a la protección de la figura de coches históricos (más de 30 años) o similar.

Tal y como nos han demostrado las leyes del mercado, los coches del pasado que son más especiales dejan de caer en número a partir de cierto punto, sus precios empiezan a subir y se gasta más dinero en su mantenimiento, por lo que pueden durar eternamente mientras haya recambios o se pueda conseguir alguna solución. En cuanto al combustible, la gasolina sintética tendrá su papel para que se puedan seguir usando sin incrementar el CO2 en la atmósfera.

Seguramente mover estos coches sea ya un privilegio para bolsillos de cierta profundidad, tanto por mantenerlos funcionando como para darles de beber. También harán falta habilidades que se van a ir perdiendo como accionar un cambio de marchas o realizar pequeñas operaciones de mancharse las manos. Los eléctricos no tendrán esos problemas, está claro. Así veo el 2050, más o menos para cuando me jubile.

Fuente | Bloomberg NEF

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