Aunque casi todo el mundo está de acuerdo que el coche eléctrico es una herramienta muy importante para la reducción de emisiones, la producción de componentes como las baterías tiene todavía recorrido para ser más sostenible. Así lo indica la organización Transport & Environment que en su último informe indica que optar por las baterías con electrolito sólido permitirá dar un salto adelante muy importante desde el punto de vista ambiental.
Según el informe, el electrolito sólido podría reducir las emisiones de la producción de las baterías de los vehículos eléctricos comparándolas con los sistemas actuales. Especialmente si además los fabricantes optan por materiales de origen sostenible, lo que aumentará todavía más su nivel de sostenibilidad.
Gracias a esto, este tipo de baterías pueden reducir la huella de carbono en un 24%. El análisis compara una batería de electrolito sólido NMC-811, que es una de las químicas más prometedoras que se están desarrollando, con la tecnología actual de iones de litio.
Además, añadiendo factores de reducción de emisiones y usando componentes de origen sostenible, la reducción puede ser incluso mayor llegando a marcas según el estudio una diferencia de hasta un 39% menos emisiones en su producción.
La clave está en que las baterías de electrolito sólido necesitan muchos menos materiales para fabricarse. Algo que reduce aspectos como la necesidad de extraer minerales y otros componentes para su producción.
Eso si, también tiene otras contraprestaciones y es que mientras que se reduce la cantidad de grafito o cobalto, se aumenta en hasta un 35% el litio. Algo que debería animar a los estados de Europa a incentivar la búsqueda de nuevas formas de extracción del propio litio, por ejemplo explotando los yacimientos geotérmicos.
A la vista de los muchos beneficios que traerá esta tecnología, desde Transport & Environment se ha pedido que Europa ponga en marcha incentivos que permitan acelerar la evolución e implantación de la tecnología para reducir la huella de emisiones en un sector clave para el futuro de Europa y que permitirá reducir la dependencia de gas y petróleo, al mismo tiempo que se acelera la lucha contra el cambio climático.
Fuente | Transportenvironment
