Estos días se están volviendo virales los vídeos de varios coches eléctricos, principalmente Tesla, que han tenido problemas para cargar sus baterías o incluso para llegar a las estaciones de carga rápida durante la ola de frío en Estados Unidos. Unas imágenes muy llamativas que han corrido como la pólvora, pero que muestran solo la parte interesada que buscan exponer los críticos. Pero la realidad es diferente.
Y es que si, cuando el termómetro baja bastante de cero grados, todos los vehículos con motor sufren. Tanto los de combustión, que pueden ve sus líquidos congelarse y su batería morir en el intento, como los coches eléctricos, que ven como su eficiencia se desploma y necesitan mucha más energía para funcionar.
Pero de ahí a que estos no funcionan, como se hace entender en muchos vídeos, hay un trecho que por desgracia, muchos usuarios no llegan a ver ya que los grandes medios no se lo muestran.
Como ejemplo, podemos ver en la red muchos vídeos de propietarios cargando sus vehículos bajo condiciones extremas. Tanto en zonas como Noruega, donde están acostumbrados al frío, pero que están pasando un invierno excepcionalmente duro, como en otros lugares también alejados del calor, como Canadá.
Es el caso de un propietario de un Tesla Model Y, una versión Long Range Dual Motor, que ha querido comprobar por si mismo como es el comportamiento del vehículo en una región especialmente fría en invierno, Alberta.
Con el termómetro marcando 35 grados bajo cero, este propietario se ha lanzado a la carretera para ver el consumo, y también comprobar si el coche carga o no en los Supercargadores.
Compo podemos ver, el conductor puede iniciar la sesión sin problemas en hasta tres estaciones diferentes. Algo que choca con las imágenes vistas días pasados en lugares como Chicago, donde una gran cantidad de coches eléctricos no pudieron cargarse debido al frío extremo.
La diferencia, a pesar de moverse en un entorno incluso más frío, es que este propietario tiene la información básica como el saber que antes de llegar a una estación, aunque sepamos su localización, debemos marcarlo en el navegador para que el coche comience la climatización de la batería, para lograr cargar, y hacerlo de la forma más eficiente y rápida posible en estas circunstancias.
Una pre-climatización que es fundamental, y que como vemos en el marcador del coche, consume una buena cantidad de energía cuando hace un frío ártico. Hasta el 11% de la energía. Cifra que se acerca al 18% que ha supuesto la conducción.
El vídeo nos muestra como al llegar a su primera parada, el coche cuenta con el 39% de la capacidad de su batería, y que en pocos segundos logra una potencia de 140 kW, y según el marcador, necesitará parar 25 minutos para llegar al 80% de capacidad. Cifras cercanas a las que lograría en un ambiente más cálido.
En la segunda parada, el conductor prueba un punto de carga rápida que no es de Tesla, y a donde llega con el 68% de batería. Un punto donde debe usar un adaptador, que se usa solo en Estados Unidos, y que le permite cargar a un máximo de 47 kW. Pero la sesión comienza sin problemas.
La tercera y última parada la realiza en un punto de 70 kW, a donde llega con el 40% de batería, y donde como vemos, puede iniciar la sesión también sin mayores problemas.
