El beneficio de Volkswagen se derrumba un 64% en el tercer trimestre
Volkswagen acaba de presentar los resultados del tercer trimestre, y los datos son peores de lo que habían previsto los analistas, con un beneficio que se ha derrumbado y un margen por unidad vendida que queda en mínimos.
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Publicado: 30/10/2024 09:13
Son tiempos difíciles para Volkswagen, que está empezando a atravesar lo que parece una dura crisis. Un momento muy complejo donde las ventas están reduciéndose, y sobre todo, los elevados costes están castigando los beneficios, incluso más de lo estimado inicialmente por los expertos.
El Grupo Volkswagen ha presentado los resultados del tercer trimestre, que han puesto sobre la mesa el debilitamiento del fabricante alemán, que sufrió una fuerte caída de sus beneficios.
Una presentación que se produce en medio de un entorno industrial débil por el elevado coste energético, con menores ventas, así como un entorno laboral muy agitado por los anuncios de las fuertes reducciones de plantilla, o cierre de plantas, que costarán miles de millones al grupo en los próximos meses.
Entre los impactos a corto plazo está el cierre de la planta de Audi en Bruselas, que ha supuesto una carga para las cuentas del trimestre, que se suman a la mala dinámica en China, hasta ahora uno de los motores de los ingresos para VW, que están siendo incluso más bajos de lo estimado por los analistas.
El beneficio del grupo después de impuestos cayó un 64%, hasta los 1.580 millones de euros, mientras que los ingresos brutos han logrado mantener el tipo, cayendo solo un 0.5%, hasta los 78.500 millones de euros.
Después de nueve meses, el retorno de la inversión para la marca principal Volkswagen es sólo del 2%, según la empresa, y las ventas han caído un 4%. «Esto demuestra la urgente necesidad de importantes reducciones de costes y aumentos de la eficiencia«, afirmó el director financiero de VW, Arno Anlitz.
Plan de restructuración
A la vista de esto, el director ejecutivo de Volkswagen, Oliver Blume, se ha puesto manos a la obra para salvar el barco, y, según indican los sindicatos, prepara el cierre de tres plantas en Alemania y el despido de 23.000 trabajadores. El 20% de su fuerza laboral en el país.
Pero los sindicatos han anunciado que no se lo pondrán fácil, y plantaran batalla para que Volkswagen cumpla su promesa de estabilidad laboral hasta finales de la década. Algo que, a la vista de los resultados, parece complicado que suceda.
Llegan los chinos
Pero por delante, Volkswagen tiene apenas uno o dos años para lograr volver a ser competitiva en ventas y en margen comercial, antes de que marcas como BYD se establezcan en el continente con sus propias fábricas. Unas instalaciones que les permitirá aumentar economía de escala, reducir costes logísticos, evitar los aranceles, y en definitiva, contar con unas propuestas mucho más competitivas.
Una BYD que es la punta de lanza de una ofensiva que abarcará diferentes segmentos, incluyendo los premium, donde hasta ahora los alemanes han vivido con tranquilidad en Europa, y que en breve contarán con una competencia mucho más avanzada técnica y tecnológicamente.