La victoria de Donald Trump dispara a Tesla, y hunde a los fabricantes alemanes
El temor a que Donald Trump, que ganó la presidencia de Estados Unidos por segunda vez, imponga aranceles elevados a la industria automotriz ha hecho que los valores de las acciones de los fabricantes de automóviles alemanes se desplomen.
El apoyo de Elon Musk a la candidatura de Donald Trump por la presidencia de los Estados Unidos ya está empezando a dar sus frutos apenas unas días después de su confirmación. Y es que las acciones del fabricante norteamericano se han disparado, al mismo tiempo que las de los grupos alemanes han caído ante el miedo a nuevos aranceles a sus vehículos.
Mientras que Tesla se ha disparado un 31% en apenas cinco días, las acciones de BMW cayeron un 8%, las de Mercedes-Benz un 6,7%, las de Porsche un 4,9% y las de Volkswagen un 5%. El miércoles, las cuatro empresas estuvieron entre las que más cayeron en el índice bursátil alemán, el DAX, coincidiendo con el anuncio de los resultados de las elecciones.
Esto es el reflejo de una difícil situación para una industria automovilística alemana que está recibiendo golpes desde todas partes. Desde la pérdida de acceso al económico gas ruso, la llegada de los fabricantes chinos, los aranceles de la UE, que les perjudican directamente, y ahora la llegada de Donald Trump.
El presidente electo había declarado en octubre que estaba pensando en elevar los aranceles a los coches alemanes que entran en Estados Unidos, lanzando un aviso de «las empresas automovilísticas alemanas se convertirán en empresas automovilísticas estadounidenses. Quiero que establezcan sus plantas aquí«.
Las mayores exportaciones de la UE a Estados Unidos son coches y maquinaria, siendo el principal receptor de coches fabricados por los alemanes, y que ahora además de la bajada de la demanda interna, están viendo como se pone en riesgo el mercado exterior con la caída en China, y ahora la previsible de Estados Unidos.
Unos movimientos proteccionistas que ayudarán de forma importante a las marcas norteamericanas. En la sesión previa a la apertura del mercado, las acciones de Ford y General Motors subieron un 4%. El miércoles por la mañana, Stellantis, la empresa matriz de varias marcas estadounidenses, entre ellas Chrysler, Dodge y Jeep, obtuvo ganancias en Europa. La empresa, que también es propietaria de Fiat, Opel y Peugeot, registró un incremento del 1,3% en sus acciones cotizadas en Milán.
Pero la gran vencedora de esta nueva era ha sido Tesla. En las primeras horas después de la apertura del mercado, las acciones de Tesla subieron un 13%, ante la perspectiva del apoyo de Trump a los de Elon Musk en devolución de la importante ayuda realizada por el multimillonario a la candidatura de Trump. A estas alturas, en menos de una semana el crecimiento de las acciones de Tesla supera el 30%.
Tormenta perfecta para los alemanes
Todo lo contrario para los fabricantes europeos, especialmente a los más expuestos al mercado de Estados Unidos, como los alemanes.
Estos ya se enfrentan a una caída de las ventas y de beneficios, que les ha llevado a poner en marcha dolorosos programas de recortes de gastos, con despidos y el posible cierre de fábricas por primera vez desde la segunda guerra mundial.
Los nuevos aranceles supondrían otro obstáculo más. A medida que la demanda china se desaceleraba, los fabricantes europeos empezaban a sufrir pérdidas, como las de BMW. En comparación con los más de 4.000 millones de euros del tercer trimestre de 2023, los bávaros registraron una caída del 79% de los beneficios, hasta los 838 millones de euros el mismo periodo de este año.
Teniendo en cuenta que la industria debe realizar importantes inversiones para pasar de los vehículos de gasolina y diésel a los eléctricos, la caída de la rentabilidad se ha producido en un momento complicado.
BMW registró una caída del 13% en las ventas hasta las 540.000 unidades en el tercer trimestre. En septiembre, ya había emitido una advertencia sobre la caída de las ventas tras tener que detener las entregas debido a problemas con algunos componentes. Sin embargo, también afirmó que la baja confianza de los consumidores estaba perjudicando las ventas debido al «competitivo entorno de mercado» de China.
Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo por producción, también presentó el miércoles una caída de las ventas y de ganancias. En los tres meses previos a finales de septiembre, informó que su beneficio antes de impuestos se había reducido a la mitad, hasta 859.000 millones de yenes (5.189 millones de euros). En los seis meses que terminaron en septiembre, el beneficio operativo de China cayó un 30%.
Ante la intensa competencia, en particular de los fabricantes chinos, Toyota anunció que ha aumentado sus gastos de marketing en China para tratar de frenar la hemorragia.
Curiosamente han sido los fabricantes chinos los únicos que han salido indemnes del mercado estadounidense. Unos fabricantes que no están expuestos a los cambios en la presidencia de los Estados Unidos, debido a que la anterior administración ya había disparado los aranceles al 100%, evitando de esa forma su entrada, pero también los costes de una retirada.