Northvolt evita la desaparición y da esperanza a la industria europea de las baterías
La iniciativa europea para la producción en masa de baterías, Northvolt, ha recibido un espaldarazo por parte de sus accionistas para reorganizar su deuda y continuar con los planes de producción, salvándose de la liquidación en el último momento.
Northvolt era la gran apuesta europea para diversificar su suministro de baterías para coches eléctricos, que está prácticamente en su totalidad en manos de China. Pero la mala gestión de la anterior directiva dilapidó miles de millones de euros de inversores y de la UE, lo que le llevó al borde del precipicio. Pero casi a última hora, esta iniciativa estratégica ha logrado el apoyo de la junta y de los accionistas para volver a la senda de la producción.
El principal problema ha sido que, a pesar de contar con una línea de crédito casi ilimitada, con inversión de fabricantes de coches, de camiones y autobuses, así como del gobierno sueco o la UE, incluyendo el mayor préstamo verde de la historia de Europa, Northvolt no ha sido capaz de cumplir con sus objetivos de entrega, lo que ha provocado un efecto dominó con cancelaciones de grupos como BMW o Scania.
Según confirma Reuters, el apoyo de sus principales accionistas, en particular Volkswagen, y a una drástica reestructuración, la empresa europea logró evitar la liquidación y, en principio, puede volver a ponerse manos a la obra para fabricar baterías para coches eléctricos.
El reto no era menor. La deuda acumulada había alcanzado nada menos que 5.600 millones de euros, y además había perdido a varios clientes por el retraso en las entregas de sus baterías. Pero su importancia era evidente, y una vez identificados los problemas que le frenaban, ahora Northvolt puede reiniciarse y empezar una nueva era.
Los accionistas votaron a favor de continuar con las operaciones, lo que supone una fuerte señal de apoyo para el futuro de la empresa. Según varias fuentes, Volkswagen, principal accionista de Northvolt, desempeñó un papel central en este rescate. A través de su filial Scania, el fabricante alemán inyectó 100 millones de euros al fabricante sueco para mantenerlo con vida en un momento crítico.
También se logró un préstamo de otros 145 millones para fortalecer el flujo de caja. Un capital que permite afrontar la restructuración e intentar recuperar el ritmo de producción marcado en el plan inicial.
Eso si, el nuevo proyecto llega con sacrificios temporales, como el proyecto para levantar una planta de reciclaje de baterías, que tendrá que esperar a otro momento. También suspendió sus planes de nuevas fábricas y recortó 1.600 puestos, casi el 25% de su fuerza laboral.
Una crisis de Northvolt que pone de relieve la situación en la que se encuentra la industria europea de las baterías, muy retrasada a todos los niveles respecto a otros mercados, como Corea del Sur y China, pero que cuenta con esperanzas de lograr recuperar parte del terreno perdido con una instalación que es un símbolo de que es posible fabricar baterías en Europa, y que puede atraer nuevas inversiones a nuestro mercado.