Europa no llegará al coche eléctrico total antes de 2040, y el problema es más profundo de lo que parece

Un estudio de la aseguradora Allianz indica que Europa no alcanzará el 100 % de coches eléctricos en 2035 como estaba previsto. El retraso en la infraestructura de carga y la falta de compromiso de algunos fabricantes amenazan el calendario.

Europa no llegará al coche eléctrico total antes de 2040, y el problema es más profundo de lo que parece

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Publicado: 25/11/2025 07:00

A pesar del empuje regulador de Bruselas, la Unión Europea se encamina a incumplir su propio objetivo de que todos los coches nuevos sean 100% eléctricos en 2035. Las causas son variadas, pero todas apuntan en la misma dirección: falta de inversión, conflictos industriales entre países y una infraestructura claramente insuficiente.

En lo que llevamos de año, las ventas de coches eléctricos han subido un 24 %, en un mercado que apenas crece un 1 %, lo que ha permitido que su cuota aumente 3 puntos hasta el 16 %. Pero no es suficiente. La mayoría de los conductores sigue prefiriendo los híbridos, y los puntos de recarga se están instalando a un ritmo muy por debajo de lo que sería necesario.

Según las estimaciones más optimistas, Europa no alcanzará el 100 % de nuevas matriculaciones eléctricas hasta 2037, y en el escenario más realista. Esto no solo pone en jaque la estrategia de descarbonización del transporte, sino también el objetivo climático de ser neutros en carbono en 2050.

Una infraestructura estancada y una industria que duda

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Uno de los principales cuellos de botella está en los puntos de carga. Hoy por hoy hay 1,1 millones en funcionamiento en toda la Unión Europea, muy lejos del objetivo mínimo de 3,5 millones para 2030 marcado por la Comisión. Y si miramos las proyecciones de los fabricantes (ACEA), ni siquiera eso sería suficiente: según ellos harían falta 8,8 millones. Para alcanzarlo habría que multiplicar el ritmo actual por más de dos.

El problema es que la distribución tampoco ayuda: más de la mitad de los cargadores se concentran en solo tres países (Francia, Alemania y Países Bajos), mientras que más del 80 % del resto de Estados miembros está por debajo de la media europea en densidad de infraestructura.

A esto hay que sumarle el freno político. Alemania e Italia están pidiendo retrasar la prohibición de venta de coches de combustión prevista para 2035. Alegan que sus fabricantes —muy dependientes de las exportaciones— están sufriendo por el alza de costes y la caída de márgenes. En cambio, Francia y España se oponen frontalmente a flexibilizar el calendario, por temor a espantar inversiones e interferir en el rumbo hacia la neutralidad climática.

Europa no llegará al coche eléctrico total antes de 2040, y el problema es más profundo de lo que parece

Los fabricantes alemanes, en particular, se resisten a abandonar del todo el motor de combustión. Argumentan que el retorno económico del coche eléctrico todavía no justifica el esfuerzo, sobre todo ahora que el mercado estadounidense ha cancelado sus ayudas, y los modelos chinos avanzan con fuerza ofreciendo mejor tecnología a precios muy ajustados.

Además, los datos financieros no acompañan: en los últimos 12 meses, los ingresos y beneficios de los grandes grupos alemanes han caído, mientras que su capitalización bursátil también se ha resentido, según los gráficos mostrados en la página 2 del informe.

Mucho por hacer en poco tiempo

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Aunque el precio de los coches eléctricos se ha reducido notablemente —la diferencia con los modelos de combustión ha bajado del 50 % al 20 % en los últimos años—, eso no se ha traducido en una explosión de demanda. Las marcas europeas siguen perdiendo terreno ante sus competidores chinos y estadounidenses, que han invertido mucho más y antes en electrificación.

El desfase tecnológico es evidente si se mira la inversión media en desarrollo. Mientras que las tres grandes firmas chinas y estadounidenses están destinando entre un 9 % y un 12 % de su facturación al desarrollo, los "tres grandes del coche eléctrico puro" destinan un impresionante 32 %, según la gráfica de la página 4 del informe. En cambio, Alemania se queda estancada en un 6 %.

Europa no llegará al coche eléctrico total antes de 2040, y el problema es más profundo de lo que parece

Otro dato preocupante: los híbridos están captando casi la mitad de los compradores que antes optaban por modelos 100 % de combustión. Esto hace que el crecimiento de los eléctricos puros (BEV) esté limitado. Y sin un impulso coordinado —tanto en infraestructura como en incentivos— es difícil que la adopción se acelere lo suficiente.

En definitiva, si Europa quiere llegar a tiempo necesita actuar ya. Hace falta más inversión pública, más coordinación entre países y, sobre todo, un compromiso más claro por parte de los fabricantes. De lo contrario, no solo se perderá el tren del coche eléctrico: también la oportunidad de liderar una transformación que otros ya están aprovechando.

Fuente | Allianz

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