
El proyecto de CATL que abaratará hasta un 80% la reparación de la batería de los coches eléctricos
CATL, a través de su marca Ning Service, lanza un servicio de reparación para baterías con tecnología CTP que puede reducir el coste hasta en un 80%. El objetivo es ofrecer una alternativa asequible frente a los cambios completos, actualmente muy costosos.

Este domingo, Ning Service, la marca independiente de posventa creada por CATL, presentó un nuevo servicio de reparación de baterías con tecnología CTP (celda a pack). Este movimiento llega en un momento clave, cuando la penetración de los coches eléctricos en China supera el 50% y la primera gran oleada de vehículos empiezan a terminar su garantía, haciendo que los problemas de mantenimiento costoso y complicado se vuelvan más visibles.
En los últimos años, la demanda de mayor densidad energética en las baterías ha impulsado el uso de la tecnología CTP, que integra más estrechamente las celdas y el paquete. Sin embargo, esta alta integración dificulta las reparaciones, llevando a la industria a una situación de “sustituir en lugar de reparar” los paquetes completos.
Según la Asociación China de Seguros, en un estudio de 59 modelos 100% eléctricos, el coste de la batería representa de media el 50,96% del valor del vehículo. Esto significa que, para un coche de 200.000 yuanes (27.500 euros), sustituir la batería puede superar los 100.000 yuanes (13.750 euros).

En el centro de experiencia de Ning Service en Shanghái, un ingeniero explicó al medio Yicai que el nuevo servicio permite reducir el gasto de forma muy notable. Mientras que un cambio completo de batería ronda los 100.000 yuanes, la reparación puede bajar el coste hasta 10.000-20.000 yuanes (1.375-2.750 euros) lo que supone un 80% menos. Por ahora, esta opción solo está disponible para baterías fabricadas por CATL.
CATL asegura que, gracias a Ning Service, está construyendo un ecosistema cerrado en torno a la batería. Los planes de la compañía para el mercado posventa incluyen ampliar su actividad hacia la recarga y el intercambio de baterías, además de diversificar en áreas como la economía de baja altura, aplicaciones marítimas e infraestructuras de cero emisiones.
Un ejemplo de que a medio o largo plazo, cuando haya que sustituir miles de baterías, la industria estará preparada para atender esta demanda, y lograr extender la vida útil de los coches mucho más allá de lo habitual, reduciendo el impacto ambiental también en el aspecto de su construcción.