Velca Vortex se presenta como la primera custom eléctrica española
La Velca Vortex es la primera custom eléctrica española. Monta un potente motor de 8 kW, batería CATL y una amplia autonomía. Una opción que rompe con el diseño aburrido que caracteriza al segmento de las eléctricas y que está disponible con un amplio equipamiento y un precio bastante razonable.
Velca cuenta en su catálogo con la Vortex, un modelo que marca un paso adelante dentro de la oferta de motos eléctricas en España. Se trata de la primera propuesta de estilo custom, orientada a quienes buscan una alternativa diferente en cuanto a diseño a los habituales scooters equivalentes a 125 cc, que pueden conducirse con el carné del coche, que dominan el mercado.
En el apartado de diseño, la Vortex adopta un formato clásico con depósito simulado, retrovisores bajos, basculante visto y un único asiento, que puede sustituirse por una configuración biplaza gracias a un kit específico, que mejora la utilidad pero perjudica un poquito la estética malota del primero.
El conjunto se apoya en una rueda delantera de 16 pulgadas con neumático 120 80 16 y una trasera de 15 pulgadas con neumático 150 80 15, ambos de la marca Kenda. El sistema de frenos incorpora discos de gran diámetro y ABS desconectable, con manetas regulables y bombas sobredimensionadas para asegurar una mayor capacidad de frenada. La suspensión delantera es de tipo invertido y en la parte trasera cuenta con doble amortiguador.
La Vortex equipa un motor eléctrico de 8 kW integrado en la rueda trasera, asociado a una batería de 8,2 kWh suministrada por CATL. Con este conjunto, la marca estima una autonomía de 150 km en uso mixto y alrededor de 120 km manteniendo velocidades de 100 km/h. En cuanto a prestaciones, llega a una velocidad máxima superior a 140 km/h, lo que la sitúa en un rango de uso más amplio que otros modelos equivalentes a 125 cc.
La recarga se realiza mediante conector Tipo 2 situado en el falso depósito, un detalle diferenciador dentro de su segmento. Cuenta con una entrada de 25 amperios, y el tiempo de carga completa en corriente alterna es de 4 a 4,5 horas. A nivel de instrumentación, dispone de un display digital de estilo retro que muestra porcentaje de batería, temperatura de la controladora y de la batería, odómetro y reloj. También incorpora piñas retroiluminadas, modos de conducción configurables y marcha atrás para facilitar las maniobras.
La iluminación es completamente LED, con firma diurna envolvente y pilotos traseros integrados. El equipamiento se completa con tomas USB tipo A y tipo C, estriberas traseras escamoteables y un basculante visto que refuerza su estética custom.
Su precio es de 7.290 euros, antes de ayudas públicas, lo que le colocan en un terreno entre los modelos de acceso y las premium, que se disparan de precio, y prestaciones. Entre sus posibles rivales en Europa encontramos opciones como la Harley-Davidson LiveWire, con autonomías de 150 y 250 km y precios que superan los 20.000 euros, o propuestas de marcas chinas importadas con menor respaldo posventa.
Una Vortex que se diferencia al ofrecer un equilibrio entre precio competitivo, diseño custom y autonomía suficiente para un uso cotidiano y de ocio.
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