Cómo son los frenos de un coche, qué tipos hay y cuáles son las ventajas e inconvenientes de cada uno

Los frenos son un componente crucial en cualquier coche, garantizando la seguridad al controlar la velocidad y detener el vehículo. Existen varios tipos de frenos, cada uno con sus ventajas e inconvenientes que conviene conocer para optimizar el rendimiento y la seguridad del coche.

Cómo son los frenos de un coche, qué tipos hay y cuáles son las ventajas e inconvenientes de cada uno
Un coche deportivo con frenos de disco perforados para un mejor rendimiento. Imagen: Unsplash

9 min. lectura

Publicado: 24/09/2024 17:26

Los frenos son uno de los sistemas fundamentales en cualquier coche, ya que garantizan la seguridad del conductor, los pasajeros y los peatones. Este sistema se encarga de reducir la velocidad del vehículo o detenerlo por completo cuando es necesario.

Aunque puede parecer sencillo, los frenos constan de varias partes y existen diferentes tipos, cada uno con sus propias características, ventajas e inconvenientes. En este artículo, te invitamos a profundizar con nosotros en cómo funcionan los frenos, qué tipos existen y qué debes tener en cuenta sobre cada uno.

Cómo funcionan los frenos y qué tipos hay

El principio básico de los frenos es convertir la energía cinética (el movimiento del vehículo) en energía térmica (calor) mediante fricción. Cuando se acciona el pedal del freno, el sistema aplica presión a las ruedas para disminuir su rotación, lo que hace que el coche desacelere o se detenga.

La mayor parte de los coches actuales emplean sistemas de frenos hidráulicos. En este sistema, el líquido de frenos transmite la fuerza desde el pedal hasta las pinzas o zapatas, generando la fricción necesaria para detener el coche. Aunque la mayoría de los coches utilizan frenos de disco y de tambor, existen varios tipos que veremos a continuación.

Frenos de disco

Los frenos de disco son los más comunes en la mayoría de los coches modernos, sobre todo en las ruedas delanteras (aunque muchos vehículos los llevan en las cuatro ruedas).

Funcionan mediante un disco de metal (rotor) que gira junto con la rueda. Cuando se acciona el freno, las pinzas aprietan unas pastillas de freno contra el disco, generando fricción y, por lo tanto, desacelerando el vehículo.

Un sistema de frenos de disco, en el que las pinzas presionan el disco mediante unas zapatas incorporadas en su interior. Imagen: Freepik

Entre sus ventajas, destacan que son más efectivos a la hora de disipar el calor, lo que evita el sobrecalentamiento. También ofrecen una frenada más suave y controlada.

Por contra, entre sus inconvenientes sobresalen un mayor coste tanto en instalación como en mantenimiento. Asimismo, aunque los discos son duraderos, las pastillas tienden a desgastarse más rápido.

Frenos de tambor

Aunque menos comunes en coches nuevos, los frenos de tambor aún se utilizan, especialmente en las ruedas traseras de vehículos más económicos. Este sistema consta de un tambor que gira con la rueda, y cuando se pisa el freno, unas zapatas presionan el interior del tambor para generar fricción.

Este tipo de frenos son más económicos de fabricar e instalar y las zapatas suelen desgastarse menos que las pastillas de los frenos de disco. Igualmente, funcionan mejor en entornos donde hay polvo o barro.

En cambio, los frenos de tambor también se sobrecalientan con mayor facilidad, lo que puede afectar su rendimiento en frenadas prolongadas. Además, su respuesta no es tan rápida ni eficaz como la de los frenos de disco y acceder a las piezas internas puede ser más complicado.

Freno de estacionamiento

El freno de estacionamiento, también conocido como freno de mano, es un sistema que tiene como función inmovilizar el coche cuando está aparcado.

En la mayoría de los vehículos tradicionales, este freno se activa mediante una palanca o botón, bloqueando las ruedas traseras para evitar que el coche se desplace, especialmente en pendientes.

Existen dos tipos principales de freno de mano. Por un lado, tenemos el freno de mano mecánico, que actúa mediante una palanca conectada a un cable y es el tipo más tradicional.

Por otro lado, el freno de mano eléctrico está cada vez más presente en coches modernos. Se activa y desactiva electrónicamente con un botón y suele contar con un sistema de autoactivación al aparcar el coche.

Freno de tambor, en el que todos los mecanismos -incluidas las zapatas-, se encuentran dentro de una campana.

Frenos regenerativos

Los frenos regenerativos son habituales en vehículos híbridos y eléctricos. En lugar de depender exclusivamente de la fricción, estos frenos utilizan la resistencia del motor eléctrico para desacelerar el vehículo.

Durante este proceso, se recupera parte de la energía cinética y se almacena en la batería del coche, lo que aumenta la eficiencia energética.

Al recuperar energía, ayudan a prolongar la autonomía de los vehículos eléctricos y, como no dependen tanto de la fricción, las piezas como pastillas o discos se desgastan más lentamente. También ayudan a reducir el consumo energético.

Pero también debemos tener en cuenta que los sistemas regenerativos son más caros tanto en el diseño del coche como en el mantenimiento, y su capacidad de frenado es más limitada en situaciones de emergencia o a altas velocidades, por lo que se complementan con frenos de disco o tambor.

¿Cuánto cuesta cambiar los frenos del coche?

El coste de cambiar los frenos de un coche puede variar considerablemente en función de varios factores, como el tipo de freno, el modelo del coche, la calidad de las piezas utilizadas y el taller donde se realice el trabajo. Sin embargo, es posible hacer una estimación aproximada:

Cambio de pastillas de freno

  • Coste promedio: entre 80 y 200 euros por eje, dependiendo de si el coche usa pastillas estándar o de mayor rendimiento.
  • Factores que influyen en el precio: el tipo de vehículo (los coches deportivos o de lujo suelen tener piezas más costosas), la calidad de las pastillas (orgánicas, semimetálicas o de cerámica) y si se cambian las pastillas de las cuatro ruedas o sólo de dos.

Cambio de discos de freno

  • Coste promedio: entre 150 y 400 euros por eje, incluyendo la mano de obra.
  • Factores que influyen en el precio: el material de los discos (hierro fundido o discos ventilados de mayor calidad), el tipo de coche y si se cambian también las pastillas en la misma intervención.
Un mecánico comprueba el estado del sistema de frenos. Imagen: Freepik

Cambio de frenos de tambor

  • Coste promedio: entre 150 y 300 euros por eje.
  • Factores que influyen en el precio: el tipo de tambor (algunos modelos más antiguos pueden tener repuestos más caros o difíciles de encontrar), el desgaste de las zapatas y si también es necesario reemplazar otros componentes como cilindros o resortes.

Cambio del líquido de frenos

  • Coste promedio: entre 40 y 80 euros.
  • Frecuencia: se recomienda cambiarlo cada dos años o 40.000 km, ya que con el tiempo pierde eficacia y puede afectar al sistema de frenado.

Freno de mano

  • Freno de mano mecánico: entre 80 y 200 euros por una reparación o sustitución.
  • Freno de mano eléctrico: al ser más complejo, su reemplazo puede oscilar entre 150 y 500 euros.

En algunos casos, es necesario cambiar otros componentes del sistema de frenos, como pinzas o mangueras. Estos trabajos adicionales pueden aumentar el precio total.

En total, el coste de cambiar los frenos de un coche puede oscilar entre 150 y 600 euros por eje, dependiendo de las piezas y servicios necesarios. Para obtener un presupuesto más exacto, lo mejor es acudir a un taller de confianza y solicitar una inspección del sistema de frenos, ya que las necesidades pueden variar según el estado del vehículo y su uso.