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Baterías de sodio con electrolito sólido: lo mejor de ambos mundos, ahora más cerca de la producción en masa

La industria de las baterías está inmersa en un emocionante periodo de innovación continua. Los avances se suceden prácticamente a diario, con dos tecnologías emergentes que despuntan especialmente sobre el resto: las baterías de iones de sodio, que prometen convertirse en una alternativa a las de litio, y el electrolito sólido.

Las baterías de sodio adolecen a día de hoy de una menor densidad energética; a cambio, cuentan con ventajas como un coste inferior, una huella de carbono más baja, una mayor facilidad de reciclado, tasas de carga superiores, más seguridad y un mejor rendimiento tanto a temperaturas bajas como altas; además, el sodio es más abundante, fácil de extraer y está más distribuido geográficamente que el litio.

Las baterías de electrolito sólido, también conocidas como «de estado sólido», son consideradas por muchos como el Santo Grial del sector, pues supondrán un importante salto adelante en términos de densidad energética y tiempos de carga; por otro lado, no son inflamables y podrían resultar menos costosas que las de electrolito líquido una vez se logren superar los numerosos obstáculos para escalar su producción.

Un equipo de la Universidad Metropolitana de Osaka liderado por los profesores Atsushi Sakuda y Akitoshi Hayashi ha combinado ahora ambas tecnologías al desarrollar un innovador proceso que podría facilitar la producción masiva de baterías de sodio en estado sólido. Una solución que, sobre el papel, combina lo mejor de ambos mundos.

Fuente: Universidad Metropolitana de Osaka

El nuevo electrolito sólido muestra una elevada conductividad

Como hemos indicado antes, el principal problema al que se enfrentan las baterías de electrolito sólido de cara a su popularización es la dificultad para fabricarlas a gran escala, algo que parece quedar solucionado con el nuevo método concebido por los investigadores japoneses, que utiliza polisulfuros de sodio para crear un electrolito sólido de sulfuro con la conductividad iónica de sodio más alta jamás registrada (diez veces por encima de la requerida).

«Este proceso recientemente desarrollado es útil para la producción de casi todos los materiales de sulfuro que contienen sodio, incluidos electrolitos sólidos y materiales activos para los electrodos», declara el profesor Sakuda. «Además, en comparación con los métodos convencionales, este proceso facilita la obtención de materiales que muestran un mayor rendimiento, por lo que creemos que se convertirá en un proceso principal para el futuro desarrollo de materiales para baterías de sodio en estado sólido».

Fuente | Motor1

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