Los difíciles inicios del primer propietario de un Toyota Mirai
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Publicado: 14/11/2015 09:00
En octubre Toyota ha comenzado la distribución del que es el primer coche a hidrógeno en el mercado del fabricante japonés. Una apuesta que va mucho más allá de una simple opción comercial, y sobre la que Toyota se quiere apoyar de cara a un futuro sin emisiones.
Pero el arranque no está siendo fácil. Al elevado coste del vehículo, 58.325 dólares que puede ser mitigado en algunos lugares gracias a las correspondientes ayudas, se suma el problema de la infraestructura de recarga. Unas estaciones conocidas de forma coloquial como hidrogeneras, que son el principal reto para los fabricantes de este tipo de vehículos.
Como ejemplo el primer propietario del Toyota Mirai, Glenn Rambach. Un ingeniero involucrado en el pasado en el desarrollo de pilas de combustible de hidrógeno, que ha querido ser de los primeros en conducir a diario un coche alimentado por este elemento.
Curiosamente al recibir su coche, se ha encontrado que el depósito estaba a mitad de capacidad. Una cantidad suficiente para recorrer según el ciclo EPA unos 250 kilómetros. Más que suficiente para alcanzar la hidrogenera más cercana que está situada a 32 kilómetros. Pero es llamativo que Toyota no sea capaz de repostar el depósito a un mayor nivel, lo que nos indica que en las instalaciones del fabricante tienen una estación de sólo 350 bares, por los 700 bares que necesita el Mirai para llegar al 100%.
Sobre el método de producción del propio hidrógeno, Glenn admite que en estos momentos su producción no es la más limpia. El 95% del hidrógeno se produce quemando gas natural que se mezcla con vapor para producir metano, y que las formas más sostenibles están todavía por desarrollar o perfeccionar.
Otro de los problemas a los que se tienen que enfrentar los clientes es el elevado precio del repostaje. Toyota ha optado por una fórmula para reducir el impacto hasta que logren hacer bajar un coste que ahora mismo roza niveles ridículos. Lo han hecho mediante la entrega de un bono de 15.000 dólares en repostajes para los primeros clientes. Aproximadamente unos 210 repostajes o algo más de 100.000 kilómetros.
De no contar con ese bono comenta Glenn, repostar los 5 kilos del depósito del Mirai le saldría por nada menos que 70 dólares, que nos da un coste de 14 dólares el kilo (13 euros). Más incluso de lo que Hyundai ha estimado que costará en Europa, donde predecía un precio de 10 euros el kilo.
Si a esto añadimos que en Estados Unidos la gasolina cuesta la mitad que en Europa, el resultado es que moverse con un coche a hidrógeno es muchísimo más caro que hacerlo con un coche a gasolina. Una dificultad más para los que quieran apostar por esta forma de movilidad.
Está claro que los primeros clientes son los más entusiastas por la tecnología. Tanto que pueden pasar por alto algunos de los posibles problemas que puedan tener sus coches (algo que hemos visto con Tesla). Pero la pregunta será qué pasará cuando los fabricantes como Toyota tengan que convencer a los clientes menos entusiastas, y les tengan que explicar los pros y contras de estos modelos.
Veremos entonces que deciden los compradores, y si dan o quitan la razón a la apuesta de Toyota por el hidrógeno.
Vía | PC World