El Partido Socialista y Ciudadanos han llegado a un principio de acuerdo de investidura. Uno de los apartados tratados ha sido el cambio de modelo en el impuesto de matriculación de vehículos. Un sistema que dejará paso a un formato muy parecido al usado en Francia, donde el que más contamina, paga más.
De esta forma el impuesto de matriculación pasaría a un formato de tasa por emisiones. Los coches diésel y gasolina tendrían que afrontar un coste más elevado, mientras que los coches eléctricos uno más reducido, o incluso como hasta ahora, quedarían exentos de este impuesto.
Además otra de las novedades sería la forma de medición de las emisiones. Además del tradicional CO2, se tendrían en cuenta las peligrosas partículas, como los óxidos de nitrógeno (NOx). Una medida que perjudicará de forma especial a los coches diésel.
¿Y en que beneficiará esto a los eléctricos? Pues no hemos podido ver el texto completo, pero sólo castigando a los modelos convencionales no se logrará impulsar los coches eléctricos y las formas de movilidad sostenible. Estas medidas tendrían que venir acompañadas por otras, como la inversión en infraestructuras de recarga, modificación de la legislación que facilite y acelere los trámites para la instalación de puntos de recarga públicos, programas de ayudas serios y sostenidos en el tiempo…etc.
No vamos a entrar a valorar si este pacto tiene futuro o no. Eso ya son cuestiones políticas fuera de nuestro radio de acción. Pero lo que está claro es que cada vez es más normal que las formas de movilidad sostenibles estén sobre la mesa, lo que debería tener como resultado unas políticas que favorezcan su implantación.
Acuerdo con @CiudadanosCs para un gobierno de reforma y progreso. Elegimos cambio y medidas para la gente. pic.twitter.com/rnFBkQG2ir
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) febrero 24, 2016 ;
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