El presidente y fundador del nuevo fabricante Fisker Automotive, Henrik Fisker, ha concedido una entrevista donde repasa el presente y el futuro de su nueva aventura. Una nueva etapa donde el coche eléctrico sigue siendo el protagonista, pero que supone un cambio radical respecto a su otro intento.
Preguntado por su pasado en Fisker, el diseñador danés indica que no espera que el fracaso suponga un problema de cara a la nueva compañía que comenzará sus operaciones dentro de un mercado mucho más maduro. Sin duda mucho más que el que se encontraron en 2008 cuando se fundó la empresa, y donde sólo había tres suministradores de baterías.
Para Fisker, precisamente las baterías han sido sin duda una de las elecciones clave que motivaron la bancarrota. La elección de A123 parecía acertada en su momento. Una empresa nacida en el MIT, que estaba a la cabeza en desarrollo de baterías. Pero estas terminaron dando una importante cantidad de problemas, lo que supuso no sólo el final para Fisker, sino también la de la propia A123. Incluso fabricantes como General Motors decidieron en su momento romper el acuerdo y firmar con LG.
Para evitar problemas del pasado, Fisker ha fundado su propia compañía de I+D de baterías. Nanotech. Una empresa que desarrollará los packs que llevará el primer modelo del nuevo fabricante, y cuyas primeras baterías ya están siendo producidas y probadas.
Estas contarán con el elemento milagro, el grafeno. Aunque aquí Fisker nos da una pista de que tal vez este sea solamente una apuesta a largo plazo desde el punto de vista técnico, y a corto plazo en el publicitario. Esto se debe a que al mismo tiempo que desarrollan su propia tecnología, tienen una solución de respaldo. Algo que nos indicaría más que posiblemente un acuerdo con otro suministrador por si no pueden llegar a tiempo. Una forma de blindar la fecha de llegada. Al menos desde el punto de vista de la batería.
También afronta desafíos en el plano del diseño. El no contar con un motor de combustión interna permite jugar con un nuevo tipo de configuración del espacio. Fisker indica que se han desafiado a lograr ofrecer un espacio interior y de carga digno de un modelo de mayor tamaño. Algo que no resulta sencillo dado el carácter deportivo de su línea. El resultado será un coche con un amplio espacio para las piernas similar al que podemos encontrar en una gran berlina.
Otro aspecto diferente en los coches eléctricos será el frontal. Para Fisker, este también ha sido un reto, y asegura que el diseño mostrado en el primer prototipo no será el definitivo. El principal problema es lograr ofrecer una solución válida desde el punto de vista aerodinámico, pero también que sirva como elemento identificativo del coche. Algo habitual en los modelos convencionales, pero algo realmente complejo en los eléctricos.
Por lo demás, Fisker indica que a mediados de 2017 se producirá la primera presentación oficial. Un evento durante el cual podremos conocer con más detalle tanto la propuesta, como también las fechas para su llegada al mercado estimada para 2019.
Un modelo que desde el fabricante esperan desembarque con un sistema de conducción autónoma del máximo nivel, nivel 5. Pero aquí al igual que sucede con las baterías, Fisker asegura tener un plan B en caso de que la legislación de los diferentes estados no logre adaptarse a los nuevos sistemas. Algo que puede indicar que en un primer momento el Fisker eMotion no contará con un sistema pleno.
En cuanto al precio, Fisker indica que se colocará dentro del precio de mercado de estos modelos, que será por encima de los 100.000 dólares. Un modelo que además no tendrá una tirada masiva, y que parece se convertirá en un modelo demostrativo de cara a una ampliación de la gama en un futuro.
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Vía | Newatlas
