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Algunas voces piden la imposición de cuotas de coches eléctricos a los fabricantes alemanes

El principal rival de Angela Merkel en las próximas elecciones, Martin Schulz, se ha descolgado con unas interesantes declaraciones en las que pone sobre la mesa una verdad incómoda en Alemania. Para el Sr Schulz la arrogancia de los fabricantes locales está poniendo en riesgo el futuro de la industria.

El anterior presidente del Parlamento Europeo ha presentado esta semana un proyecto donde propone medidas para modernizar la industria de la automoción germana, y salir lo antes posible de los efectos negativos provocados por el escándalo de las emisiones contaminantes.

Según el Sr Schulz «En cuanto a los coches eléctricos, la industria alemana tiene mucho que mejorar. Fabricantes como los americanos de Tesla están siendo pioneros en esta industria y se están burlando de nosotros durante demasiado tiempo. Los fabricantes alemanes no pueden seguir mostrando su actual nivel de arrogancia«.

Los fabricantes alemanes se han dormido en los laureles en el sector del coche eléctrico

Para el político además de afrontar con más ambición la movilidad eléctrica desde el punto se vista de la producción de coches, también deberían hacerlo desde la fabricación de baterías. Ha hecho hincapié en la necesidad de realizar una mayor inversión para reducir la necesidad de confiar este aspecto a fabricantes extranjeros.

La idea de Schulz es poner más presión sobre los fabricantes locales. Esto ser realizaría mediante la implantación de cuotas mínimas de ventas de coches eléctricos. Un sistema que se basaría en el que pondrá en marcha el próximo año China, y que también ha recibido fuertes críticas desde la industria germana.

Por otro lado propone el cambio en los sistemas de análisis de las emisiones de los vehículos, y en lugar de hacerlo en laboratorio con vehículos fácilmente manipulables, se realizaría mediante empresas independientes que seleccionarían vehículos al azar. Una forma de desincentivar la inversión en este tipo de sistemas.

Pero mientras que las ideas del Sr Schulz parecen ir por el camino correcto, el gobierno de Merkel se ha aferrado a la línea marcada por la industria que pretende seguir apostando por los sistemas de propulsión diésel y gasolina, limitando sus acciones a la instalación de dispositivos que reduzcan las emisiones contaminantes.

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Vía | DW

 

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