Pocas horas después de la mediática presentación de resultados de Tesla, Volkswagen firmaba un acuerdo histórico que pone en marcha de forma oficial la nueva generación de coches eléctricos del fabricante alemán. Un acuerdo que supondrá la mayor compra de baterías firmada hasta el momento y que está destinada a alimentar una familia que no parará de crecer en los próximos años.
En total Volkswagen invertirá la friolera de 40.000 millones de euros en este megacontrato que ha suscrito con unos suministradores de los que no ha nombrado en el acto de presentación del mismo, pero que todas las fuentes indican han sido LG, Samsung y también la china CATL.
El objetivo es cubrir una fuerte demanda que tendrá una familia que el presidente del grupo ha indicado estará formada por 25 nuevos modelos eléctricos y otros 20 híbridos enchufables para 2020. Propuestas que se dividirán entre todas las marcas del grupo, desde Audi, Volkswagen, hasta Porsche, Skoda, SEAT…etc.
Una apuesta que arrancará precisamente en la marca más rentable del grupo alemán, Audi, que lanzará este año el etron. Le seguirá otra de las joyas, Porsche, que a finales de 2019 pondrá a la venta el Mission-E, justo antes de la llegada del Volkswagen ID. El primer modelo de precio razonable que desde VW se ha indicado desembarcará en 2020, y lo hará con un precio similar a su equivalente con motor de combustión.
Al mismo tiempo que los fabricantes despliegan sus propuestas eléctricas, el presidente del grupo, Herbert Diess ha dicho que había indicios «claros» para retomar las conversaciones para establecer la fabricación de baterías en Europa para satisfacer la creciente demanda. Algo que como podemos ver, sucederá ya en una segunda fase del lanzamiento ya que la primera se cubrirá con celdas procedentes de suministradores externos.
Opinión:
Esto pone sobre la mesa que el tiempo de los dibujos y las promesas está llegando a su final. Y es que a falta de saber los detalles y plazos de ejecución de este contrato, estamos ante un acuerdo que sentará las bases para elevar la producción de unas baterías que curiosamente se han convertido en un lastre para poder incrementar las ventas. La demanda existe, pero no hay suficiente suministro de baterías para atenderla. Algo que supone realizar inversiones de verdad, y no los pequeños gestos que se han estado haciendo hasta ahora.
Por ejemplo, podemos recordar los apenas 1.000 millones de dólares que ha pagado la china GSR Capital por todo el negocio de producción de baterías de Nissan. Una división con una facturación de apenas 114 millones de dólares al año. Unas cifras que ahora se quedan pequeñas a la vista de los números de iniciativas como la de Volkswagen o la Gigafábrica de Tesla.
