Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, envió ayer un correo electrónico a toda la empresa informando de que un empleado había sido descubierto realizando un «sabotaje dañino a nuestras operaciones». El mail se filtró hace unas pocas horas a los medios. Por lo que se ha podido saber, el empleado realizó cambios en el código del sistema de fabricación de la compañía, y además envió datos confidenciales a terceros.
Tesla se encuentra ahora investigando si dicho empleado estaba trabajando para otras empresas. En el mail, Musk se cuestiona la posible implicación de «vendedores en corto de Wall Street«, «compañías de petróleo y gas» o «grandes compañías de automóviles de gasolina y diésel». «Si están dispuestos a engañar acerca de las emisiones, ¿tal vez estén dispuestos a hacer trampa de otras maneras?». Musk añade que el empleado afirma haber llevado a cabo estas acciones porque no fue ascendido. «A la luz de estas acciones, no promocionarlo definitivamente fue el movimiento correcto».
Esta misma mañana, Musk ha enviado un segundo correo a la compañía, avisando sobre otro incidente: un pequeño incendio en una de las líneas de producción, que supuso la detención de la producción durante varias horas. «Podría ser sólo un evento aleatorio, pero como Andy Grove [el anterior director ejecutivo de Intel] dijo, sólo sobreviven los paranoicos. Estén alerta respecto a cualquier cosa que no sea lo mejor para nuestra compañía».
Actualmente, Tesla está llevando a cabo un enorme esfuerzo para alcanzar las 5.000 unidades producidas del Model 3 a la semana. En un principio, el objetivo era haber conseguido llegar a dicha cifra a finales de 2017, pero numerosos cuellos de botella en la Gigafábrica 1 y en la fábrica de Fremont fueron atrasando dichas metas. Tesla se enfrenta a cierta incertidumbre económica, y conseguir alcanzar una producción sostenida de 5.000 unidades semanales le permitiría alcanzar la rentabilidad en el tercer trimestre del año, así como recuperar su credibilidad frente a los inversores.
Algunos medios han especulado que los incidentes vividos en la fábrica podrían estar relacionados con el reciente despido del 9% de la plantilla de Tesla por motivos económicos (alrededor de 3.000 trabajadores); sin embargo, es una posibilidad remota, pues ninguno de los empleados despedidos trabajaba en la fábrica.
A Tesla apenas le quedan dos semanas para lograr su objetivo. Algunas secciones de la línea de producción ya superan las 700 unidades diarias, más que suficientes para alcanzar las 5.000 unidades semanales, pero otras todavía se ven afectadas por cuellos de botella y no pasan de las 500. Por lo tanto, los próximos días serán cruciales para la compañía «Aquí es cuando las fuerzas externas tienen mayor motivación para detenernos» sentencia Musk es su mail.
Fuente | The Verge
