Mercedes ha comenzado a levantar una nueva fábrica de baterías en las instalaciones de la planta de Brühl, cerca de las localidades de Bonn y Colonia, y que se encuentra dentro del complejo de Untertürkheim, donde el grupo alemán ya producen componentes como los motores híbridos y los sistemas para los modelos a hidrógeno.
Con este nuevo espacio, Mercedes-Benz avanza en la transformación de sus instalaciones para su adaptación a la nueva generación de vehículos eléctricos, y esperan que para finales de la década, Mercedes podrá producir baterías para sus modelos eléctricos en estas instalaciones.
Esta sub-fábrica de Brühl cuenta con una superficie de 12.000 m2 y será neutra en emisiones de carbono. Además tendrá un papel muy importante en la red de producción mundial de baterías para los coches de Mercedes, que contará de esa forma con un total de nueve fábricas en siete lugares distintos repartidos por tres continentes, y para lo que invertirán 1.000 millones de euros.
Los de Stuttgart están poniendo en marcha un ambicioso proyecto que además de coches, supondrá una fuerte inversión en lograr cerrar el círculo de la producción, incluyendo sistemas de propulsión, y también baterías. Una amplia estrategia a la que sólo le faltan los coches. Pero al contrario que otros fabricantes, Mercedes parece que ha querido empezar la casa por abajo, realizando inversiones en las fábricas que a partir de este año acogerán la producción de los primeros coches eléctrico de nueva generación.
Una oferta que como recordamos inaugurará el todocamino EQC, pero que será seguido poco tiempo después por modelos más asequibles, como el EQA, y el todocamino compacto EQB.
Queda por ver la capacidad de producción de esta fábrica que como recordamos se encargará solo del ensamblado de las baterías y el diseño de los packs. Las celdas continuarán llegando desde los suministradores asiáticos, lo que supondrá que el acceso a grandes volúmenes será igual de complicado que para el resto de marcas.
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