En las últimas semanas os hemos estado contando como ha discurrido el trabajo del Sandy Munro. Un especialista en manufactura que se dedica a destripar coches, analizar sus secretos, y luego vender esos trabajos a la competencia. Una investigación que últimamente se han centrado en el Tesla Model Y.
Durante el proceso hemos podido ver como Munro desmontaba pieza a pieza el Model Y para conocer desde el nivel de acabados del ensamblado, además de profundizar en las complejidades de sus baterías, la electrónica, los sistemas térmicos y la interfaz de usuario…etc.
Por ejemplo, dentro de sus primeras impresiones ha comentado que la calidad general de fabricación estaba muy por encima de los primeros Tesla Model 3, y que habían encontrado pequeños fallos habituales en las primeras tiradas de los vehículos que suelen ser corregidas posteriormente. Unos trabajos que hemos resumido en una serie de artículos:
- Sandy Munro comienza a despiezar el Tesla Model Y: primeras impresiones
- Sandy Munro analiza los frenos, el monocasco y el cableado del Tesla Model Y
- Sandy Munro continúa analizando el Tesla Model Y, cuyas mejoras podrían llegar próximamente el Model 3
- Sandy Munro afirma que el cableado del Tesla Model Y «no es revolucionario»
- Sandy Munro analiza el salpicadero del Tesla Model Y: sencillez extrema para ahorrar costes
Ahora el propio Sandy Munro ha confirmado la finalización de sus análisis, y como es habitual ha comenzado a vender el resultado de los mismos a otras marcas. Unas ventas que ha indicado marchan bastante bien ya que hay mucho interés en conocer los secretos del SUV eléctrico de Tesla.
Lo más llamativo es que según el propio Munro, la práctica totalidad de las peticiones llegan desde clientes de Asia. Japón, China y Corea del Sur son los principales destinos de sus trabajos. Por el contrario apenas hay interés en Europa, con solo unas pocas ventas, y una entre las marcas de Estados Unidos.
Esto nos hace recordar de nuevo que a pesar de los «grandes planes» de los grupos occidentales, la realidad es que estos de momento se quedan en buenas intenciones, pero sin quitar el ojo a su prioridad, los motores de combustión.
Un sector donde tienen la delantera, pero que les está impidiendo ver el cambio que se avecina y que supondrá una enorme pérdida de competitividad de las marcas europeas y norteamericanas que están viendo como los desarrolladores asiáticos afilan los cuchillos para realizar una segunda invasión de la mano de sus competitivos coches eléctricos.