Tesla continúa con la expansión de su producción a nivel internacional presentando batalla en todos los sectores de la movilidad eléctrica a cuatro ruedas. El constructor de coches eléctricos, con mayor cotización bursátil del sector, invierte 6 millones de euros en la Gigafábrica de Shangai para producir 10.000 cargadores de 250 kW al año.
A partir de 2021 Tesla espera aumentar la producción de los Supercargadores para impulsar su extensa red de carga para coches eléctricos.
Tras apenas un año de la puesta en marcha de la primera factoría de Tesla fuera de los Estados Unidos, las instalaciones de la Gigafábrica de Shangai no paran de crecer.
La última inversión del gigante californiano es ‘modesta’ respecto al impacto del resultado de la misma. 6 millones de euros permitirán completar la línea de producción china de la que saldrán 10.000 columnas anuales de carga ultra-rápida de última generación.
Un fábrica para impulsar la red de carga
Los cargadores fabricados serán los correspondientes a la tercera generación de V3, capaces de llegar a potencias de carga de hasta 250 kW. La fábrica estará operativa el próximo trimestre.
El destino de estos cargadores será principalmente el mercado chino, en plena fase de crecimiento, aunque parte de la producción también será exportada a otras naciones.
La red de carga de Tesla supera en la actualidad los 20.000 puntos de carga repartidos a lo largo de más de 2.000 estaciones de recarga que cubre toda Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México), Europa, Oriente Medio, China Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda.
Con las ventas de Tesla creciendo en China, el fabricante estadounidense debe adecuar la red del gigante asiático para incentivar la demanda gracias a la ventaja y comodidad de todo propietario de los coches californianos que proporciona la red exclusiva de super-cargadores.
Supercargadores como valor añadido
Uno de los valores añadidos de conducir un Tesla vienen determinado por el acceso a la red de recarga más grande y extendida del mundo. Pero a parte de su extensión y cobertura, estos ofrecen un elemento diferenciado que cambia por completo la experiencia de uso de un coche eléctrico.
Tesla ha tratado de conseguir que la operación de recarga sea tan fácil o más que una parada en una gasolinera. De hecho, la experiencia en cualquier estación no puede ser más sencilla.
El proceso de recarga se reduce a insertar el cable CCS Combo en Europa en la toma posterior izquierda del vehículo. Llegar y enchufar, eso es todo lo que hace falta para cargar a 250 kW un Tesla en un V3. (150 kW en los V2).
Una vez completada la carga se desenchufa y listo, no hay nada más que hacer. No hace falta pagar, pulsar una opción en una aplicación, ni pasar por caja como en una gasolinera. La carga se cobra directamente en la tarjeta asociada a la cuenta del propietario Tesla.
En la red de carga de Tesla no hay que buscar la ubicación en una aplicación, activar el cargador, ni sacar tarjetas para activar el punto de carga.
Tesla ha conseguido que el usuario ni siquiera tenga que abrir o cerrar la tapa del cargador para iniciar o finalizar la carga.
Todas los cargadores Tesla, incluidos los portátiles o los Destination Charger poseen un botón que abre la tapa del coche eléctrico remotamente.
La experiencia cómoda y sencilla de recarga desplegada por Tesla, hasta ahora no ha sido emulada por la competencia. La simplicidad de carga de la que disfrutan cientos de miles de propietarios, refuerza su expansión gracias a la producción extra que a partir de 2021 proporcionará la Giga de Shangai.
Fuente | Tesla
