En 2014, Mercedes y el fabricante chino BYD pusieron en marcha una empresa conjunta. Denza. Una nueva marca que se dedicaría a fabricar coches eléctricos y que debería sacar el máximo partido a la experiencia en construcción de los alemanes, con la tecnología de baterías y sistemas de propulsión eléctricos de BYD. Una apuesta sobre el papel ganadora, pero que con el paso del tiempo se ha convertido en un problema en tiempos de recortes de presupuestos.
Así lo ha puesto sobre la mesa hace pocas horas el presidente del grupo Daimler, Ola Kallenius, que ha indicado que las inversiones necesarias en esta iniciativa ya se habían realizado, y que era hora de que diesen sus frutos.
El problema es que las ventas de Denza han sido muy bajas, con solo «unas miles de unidades cada año». Algo que choca con la rápida expansión que han logrado compañías que se han fundado y puesto en marcha casi una década después. Marcas como NIO o Xpeng, que duplican sus ventas cada año y que han conseguido capitalizar el creciente interés en el coche eléctrico en mercados como China.
La pregunta es qué ha fallado. Y es que sobre el papel la idea parece idónea. Un coche con un diseño realizado por los equipos de Mercedes en China, y adaptado a sus gustos. Una calidad de fabricación también a la altura de los alemanes, y completado con un sistema eléctrico competitivo diseñado y fabricado por BYD.
El ejemplo de que la teoría no siempre acompaña a los dato son los detalles del Denza X. El último modelo y sobre el que recaen ahora todas las esperanzas de supervivencia de la marca.
Un SUV de 4.89 metros de largo con configuración de 5 o 7 plazas, dotado en su versión de acceso de un sistema de propulsión de 180 kW (245 CV) mientras que su versión más potente llega a los 360 kW (491 CV). Por lo tanto, variadas posibilidades para unos clientes que disponen de hasta cuatro configuraciones diferentes, e incluso contar con una versión híbrida enchufable.
La batería en el caso de la eléctrica es un pack de litio-ferrofostato con 82.8 kWh, que le permiten lograr una autonomía homologada bajo el ciclo NEDC, el único que ofrecen de momento las marcas chinas, de 520 km. Algo que podemos traducir en unos aproximadamente 450 km bajo el ciclo WLTP.
En cuanto al tema económico, el Denza X más accesible arranca en los 40.801 euros al cambio antes de ayudas, que suben hasta los 45.000 euros para la versión más potente. Un coste que a la vista de lo que nos ofrece a cambio, parece bastante competitivo. Entonces ¿por qué apenas se vende?
Para empezar, una de las ventajas de este tipo de iniciativas, es poder aprovechar las sinergias con las marcas involucradas. En este caso las ventas de Denza se han realizado en los concesionarios de Mercedes en China. Algo que debería suponer un ahorro respecto a crear una red propia, pero que en la práctica también se enfrenta a retos como la actitud del propietario de la concesión a un modelo «extraño».
También está la cuestión de la competencia. Podemos comparar sus cifras con las del NIO ES8, una de las referencias del sector en china, y cuyo precio arranca en los 57.000 euros al cambio también antes de las ayudas públicas. Una propuesta más moderna que además se ha ido adaptando a los cambios tecnológicos, incluyendo la posibilidad de montar la nueva batería de 100 kWh para los que ya tenían una unidad.
Incluso ha tenido mejor aceptación el Tesla Model X, que dispara su precio respecto al Denza y el NIO, y que en el mercado chino tiene un coste para su versión más económica, la Long Range, de 108.400 euros.
Algo que nos indica que el problema de Denza no es su propuesta de diseño, técnica o mecánica, ni el precio. Por lo que solo nos quedan las explicaciones de que Denza no ha logrado hacerse un hueco en el mercado por una cuestión de imagen y un mal trabajo de base de una denominación que se ha quedado a medio camino entre Mercedes y BYD, pero que ninguna ha puesto toda la carne en el asador ya que estaban de forma paralela trabajando en sus propios modelos.
Y es que BYD si ha conseguido un relativo éxito de ventas de sus coches eléctricos en China, que le han colocado en la quinta posición por marca. con 131.705 unidades entregadas en 2020, metiendo a dos modelos 100% eléctricos en el Top 10 de ventas, y sacando partido a su nueva tecnología de baterías Blade, que ha permitido aumentar la densidad energética de sus packs, y ofrecer una autonomía a la que no ha tenido acceso una Denza que todo apunta a que desaparecerá.
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