Al igual que pasó con los Porsche Taycan, unos cuantos Audi e-tron GT tendrán que pasar por servicios técnicos oficiales para realizar una actualización del software de sus centralitas de gestión de los motores. El posible mal es el mismo, una pérdida de potencia que hace que el acelerador deja de responder, si bien el vehículo se puede detener y controlar de forma segura.
Se trata de 1.728 unidades a nivel mundial, de los cuales 548 han sido matriculadas en Alemania. Es un volumen de vehículos afectados significativamente menor que el que ha tenido que gestionar Porsche, más de 40.000 coches. La producción afectada es del 20 de noviembre de 2020 al 20 de abril de 2021. Los e-tron GT de ese periodo tendrán que estar en taller en torno a una hora, como los Porsche, sin coste alguno para el cliente. Recibirán la última versión del mencionado software, el que se aplica en la producción actual.
De acuerdo al fabricante en declaraciones a Ecomento.de, no se han producido ni accidentes ni quejas de clientes en Audi. En el caso de los Taycan, se han visto afectados de forma mínima, un 0,3% de los coches fabricados. La reprogramación de las centralitas es una medida profiláctica; es decir, por si acaso. Tampoco hay constancia de que nadie haya tenido un accidente en su Taycan por este problema. El código interno de la revisión es 93L3.
Una pérdida de potencia súbita puede ocurrir en cualquier coche que tenga gestión electrónica, obviamente también en los térmicos a gasolina o los diésel. Cuando algún valor se sale de los parámetros tolerados o hay un fallo de programación, se activa un modo de emergencia que impide seguir acelerando, pero mantiene el resto de las funciones.
El modo de emergencia busca que el conductor detenga su marcha para reducir riesgos. Cuando se activa el modo de emergencia el conductor recibe un aviso en el tablero de instrumentos, avisándole de una falla en el motor e invitándole a que detenga su marcha y estacione de forma segura.
La pérdida de potencia puede ocurrir en cualquier momento y sin aviso previo, que sepamos. La llamada a revisión es voluntaria en la Unión Europea y no figura en el boletín de alertas de seguridad de la Comisión Europea en el momento de cerrar esta información.