Si la autonomía de los coches eléctricos puede parecernos siempre insuficiente, lo es aún menor cuando se tira de un remolque. El motor ha de hacer un mayor esfuerzo al mover más peso y llevar un «aerofreno» en su parte trasera. Hay varios modelos de coches eléctricos que pueden remolcar, y uno de ellos es el Hyundai Kona EV (al menos, en la práctica).
En la publicación australiana The Driven podemos leer un reportaje acerca de un road trip por tierras australianas realizado por David Gobbett y Conny Froedlich. Han tardado 10 semanas en recorrer 10.000 kilómetros -de marzo a julio-, o lo que es lo mismo, una media de 1.000 km a la semana. Como compañero de viaje un remolque Little Guy para facilitar las pernoctaciones y el descanso.
Una de las conclusiones más interesantes del artículo es el impacto que tiene en la autonomía el remolque. Si el Kona en condiciones normales hace unos 350 kilómetros totalmente cargado, usando el remolque más bien se queda en los 200 km. Nos recuerda a las conclusiones de Rivian cuando sus prototipos tiraron de remolques, la autonomía puede bajar a la mitad.
Nos dan varios datos interesantes: a 90 km/h el consumo es de 25 kWh/100 km con poco viento, y a 105 km/h eso puede aumentar a 33 kWh/100 km. En los vehículos térmicos también hay un gran impacto en el consumo por remolcar, pero como suele «sobrar» energía en el depósito, es un problema relativamente salvable.
Afortunadamente para los dos conductores, las rutas principales de la zona sureste del país disponen de cargadores rápidos cada 200 kilómetros. Llegaron a realizar dos o tres paradas en los días de mayor dosis carreteril, estando parados una hora en cada uno.
Los problemas se dieron fundamentalmente cuando los cargadores no estaban disponibles por cualquier motivo, teniendo que tirar de recarga hasta 7,2 kW en los camping, hasta 9 horas en el sitio recargando. Con recarga lenta, hasta 20 horas. Eso quedó solucionado parcialmente con planificación -descartando campings sin enchufes- y con paciencia. También fueron inevitables las esperas en algunos puntos de recarga que ya tenían clientes.
El artículo no tiene ningún desperdicio. En un futuro que prácticamente dobla la esquina habrá que tener en cuenta todo esto a la hora de afrontar viajes en un eléctrico si es remolcando. Aun así, un eléctrico remolcando sigue consumiendo menos energía que un diésel ultra austero, y si este último no remolca y va el conductor solito sin carga. La conclusión preliminar es que es mejor tomárselo con calma.