Por un puñado de 7.500 dólares, muchas cosas pueden cambiar en el mercado de coches eléctricos en Estados Unidos. El Senado aprobó la Inflation Reduction Act y el Congreso la ha aprobado tal cual (para evitar la vuelta al Senado) aprovechando la mayoría demócrata. Ahora solo queda que el presidente, Joe Biden, firme la legislación para que entre en vigor. Para eso faltan apenas unos días.
Esto significa que hay una carrera contra el tiempo, todos los que quieran beneficiarse de la bonificación fiscal de hasta 7.500 dólares -en el sistema vigente ahora- tienen que tener un contrato vinculante de compra antes de que Biden coja la pluma. Nada de reservas preventa, tienen que ser pedidos en firme. Los concesionarios ya están contactando con los potenciales clientes para que espabilen.
¿Y qué pasa cuando entre en vigor la normativa? Pues habrá beneficiados y perjudicados. Desde la firma de Biden, solo podrán optar a la ayuda los vehículos eléctricos ligeros fabricados en Norteamérica, y las baterías tendrán que venir de países con tratado de libre comercio con EEUU a partir de 2024. Esto hará ineligibles para la ayuda a la mayoría de modelos a la venta en ese país. No hay una lista oficial de modelos eligibles más allá de la firma de la ley, pero con el sistema actual sí la hay.
Bajo el sistema actual, había un límite de 200.000 unidades para un fabricante (GM y Tesla estaban fuera ya) pero no de precio, y sin hacer distinciones sobre de dónde salen sus baterías. Con el nuevo sistema hay un tope de 55.000 dólares por coche o 80.000 dólares por pick-up y se exige la fabricación norteamericana, sin límite de unidades. De ahí que metan prisa a sus clientes todos los fabricantes que se van a quedar fuera.
En cuanto a las baterías, el 50% de los componentes y el 40% de los materiales deben venir o de Estados Unidos o de países con los que haya tratados de libre comercio. Esa situación no se da ni con la Unión Europea, ni con Japón, ni con Corea del Sur. El requisito entra en vigor en 2024 y se incrementará un 10% anual hasta que las baterías vengan íntegramente de suministro local o de amigos (muy amigos). Esto podría violar las normas de la Organización Mundial del Comercio (WTO/OMC), según la Comisión Europea.
La norma impulsará la cadena local de suministro de minerales y baterías dentro de Norteamérica a través del impacto en las ventas de los fabricantes
Esto da el espaldarazo definitivo a la industria del reciclaje, donde Redwood Materials va en cabeza: si los recursos minerales no se pueden obtener solo de EEUU o países amigos, entonces solo habría una solución, importar baterías desechadas a lo bestia para recuperar componentes como el cobalto. Quitando la parte del transporte, sería algo bueno para el medio ambiente.
Son buenas noticias también para Tesla, ya que los Model 3/Y por debajo de 55.000 dólares optarán a la bonificación fiscal, y también para el Chevrolet Bolt, que perdió la elegibilidad por el mismo motivo que Tesla: haber vendido más de 200.000 vehículos electrificados. Por contra, se quedan fuera los Hyundai, Kia, Audi, Porsche, etc. También afecta a todos los fabricantes pequeños de EEUU (como Lucid o Rivian) por los elevados precios de sus vehículos.
El Chevy Bolt se quedará posicionado como ganga, entre la vuelta de los federal tax credits y su rebajado precio
En los próximos meses estos cambios provocarán subidas y bajadas (winners and losers) en el mercado de Estados Unidos. Otro de los grandes beneficiados de este cambio es Volkswagen, que ya produce el ID.4 en suelo americano, aunque perjudique a las marcas Premium del grupo. En cuanto a Hyundai/Kia, Toyota y compañía, tendrán que establecer producción local de coches eléctricos si no quieren que sus modelos estén en desventaja.
Varios fabricantes afincados en EEUU han tomado medidas para aprovisionarse de baterías de forma local (lo de los minerales va por otro lado), como Mercedes-Benz, General Motors, Stellantis, Ford, Tesla, etc. Movimientos similares se están dando en Europa, tratand de reducir todo lo posible la dependencia gigantesca que hay de China y de los países que trabajan con ellos.