No es la primera, ni la última, vez que vemos como un poderoso director ejecutivo es sustituido antes de tiempo por su mala relación con el coche eléctrico. Una tendencia ya imparable que algunos se resisten a aceptar, y que le ha costado el puesto a grandes directivos de Ford, Volkswagen…y ahora le ha tocado el turno a Toyota.
Esta madrugada se ha confirmado que Akio Toyoda, nieto del fundador de Toyota y al mando desde 2009, dejará su puesto como máximo responsable de la marca japonesa.
Será sustituido por Koji Sato. Jefe de la división de lujo Lexus, que a sus 53 años tendrá como objetivo reconducir la estrategia de Toyota de cara a la nueva era de la automoción, dominada claramente por el coche eléctrico a baterías.
La sustitución tendrá lugar el próximo 1 de abril, cuando comenzará el trabajo de Sato, que tendrá ante si el enorme reto de poner en marcha un programa de coches eléctricos del grupo que se ha quedado atrás no sólo frente a los pioneros, sino también se tiene que enfrentar ahora a la avalancha que llega desde China.
Precisamente la agresiva expansión del sector automovilístico chino puede ser una de las razones para este cambio de mando en Toyota, y es que a finales del pasado año se confirmaba la entrada de BYD en el mercado japonés. Un golpe simbólico de gran calado que ha podido servir para mover la silla a Toyoda.
Y es que la estrategia de este había dado pocos frutos, con un enorme gasto en tecnologías como el hidrógeno que no han terminado de despegar, superadas en eficiencia y costes por las baterías en el transporte y por tecnologías como las bombas de calor en la climatización.
Por delante queda por ejemplo el previsible cambio de plataforma, donde Toyota abandonará la actual e-TNGA y creará una nueva arquitectura dedicada. Y es que como recordamos, la e-TNGA fue desarrollada para compartir línea de producción con modelos térmicos.
Un trabajo por delante para un grupo con ilimitados recursos económicos y tecnológicos, que a falta de datos definitivos todo indica que volverá a liderar la venta mundial de vehículos, pero con unas cifras estancadas y unas previsiones propias que indican una bajada en 2023.
