La expansión de las marcas chinas por Europa, las intenciones de estas de esquivar los aranceles a la importación desde el gigante asiático, sumado a la necesidad de producir más y más coches eléctricos y baterías, están abriendo un panorama completamente nuevo en Europa.
Tesla en Berlín y BYD en Hungría son dos de los primeros protagonistas en este sentido: los primeros ya están más que asentados en el Viejo Continente, pese a los ataques recientemente recibidos; los segundos están ya en pleno proceso de levantar su primera planta en suelo europeo.
Pero es de esperar, por un lado, que el resto de marcas chinas quieran asentarse en Europa por todos los motivos antes expuestos. Y por el otro lado, que los propios gobiernos de los países de la UE ansíen atraer inversión extranjera de tal calado.
Italia es de esas regiones que más «desesperada» está en este sentido: desde allí no se ve con malos ojos a los fabricantes chinos (como sí sucede, por ejemplo, en Francia). Y de hecho, en el país italiano tan solo está Stellantis como único gigante automovilístico produciendo coches allí. En 2023 salieron de sus fábricas menos de 800.000 unidades, cuando en 2017 se superó el millón.
El Gobierno de Italia quiere recuperar esto último e inyectar al menos 300.000 nuevos vehículos en la producción anual de su país. Y para ello necesita atraer a un fabricante externo.
Italia, en conversaciones con varios fabricantes
Hace poco, el propio Ministro de Industria, Adolfo Urso, reconoció estar en conversaciones con Tesla, que quiere aumentar su presencia en Europa: bien aumentando sus instalaciones en Alemania, y/o creando un segundo espacio en otro país.
Urso también reconoció estar en conversaciones con tres fabricantes chinos, sin desvelar sus nombres en aquel entonces. Great Wall Motor y BYD son dos de ellos, y Chery sería el tercero en cuestión. Este último parece ser, según las fuentes a las que ha accedido Automotive News Europe, el favorito para los líderes italianos.
Para las marcas chinas, además, apostar por el sur de Europa, donde la demanda de coches eléctricos es menor, puede ser beneficioso. Este último factor permitiría a los fabricantes apostar también por la producción de vehículos con motor de combustión, incluidos los híbridos e híbridos enchufables. Un 2×1, sobre todo mientras que la demanda de los eléctricos puros no crezca.
«Estamos explorando diferentes posibilidades en toda Europa para buscar una posible configuración de fabricación local para el futuro y manteniendo conversaciones en varios lugares en este momento», asegura el director general de Chery Europa, Jochen Tueting.
¿En qué situación dejan estas negociaciones a España? Precisamente Chery está valorando si construir una nueva fábrica o bien renovar una existente, y aquí es donde entra en juego nuestro país. Desde hace meses venimos hablando de las negociaciones de la marca china con los responsables del Hub de la Zona Franca de Barcelona, una jugada que podría suponer la recuperación de al menos 1.000 trabajos en las antiguas instalaciones de Nissan.
Si las conversaciones de Chery con Italia siguen adelante y sus intenciones son las de asentarse en un único país, lo que en el corto plazo parece lo más lógico, sin duda serían malas noticias para nuestro país, que ya en verano fue noticia de forma negativa al hablar de las negociaciones abiertas con Tesla. Algo que en su momento no sentó nada bien a la firma dirigida por Elon Musk.
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Por el momento, Chery ya ha empezado a «meter la patita» en Europa con el lanzamiento de sus marcas Omoda y Jaecco en los principales mercados. La apuesta por los coches eléctricos es fuerte, pero también por el resto de tecnologías de propulsión. En España, por ejemplo, ya está anunciado el Omoda 5 EV, un SUV compacto eléctrico con hasta 300 km de autonomía y a un precio desde los 37.900 euros
Fuente | Automotive News Europe
