Esta semana ha sido de lo más intensa en el mundo del coche eléctrico y la industria que le rodea. Como es habitual, Tesla ha acaparado parte de los titulares de la mano de la nueva actualización del Model S que prometía el final de la ansiedad por la autonomía.
Interesante el movimiento en el sector de las baterías, en el cual siempre tenemos un ojo. En este caso el protagonista es un fabricante de aspiradoras, Dyson, cuyo propietario ha invertido 15 millones de dólares en el desarrollador Sakti3, especializado en baterías de electrolito sólido.
También ha tenido mucha repercusión los últimos rumores sobre la posibilidad de que Apple se incorpore a la industria de la fabricación de coches eléctricos. Una posibilidad que los últimos rumores indican que lo hará a finales de la década, y la plataforma elegida será la de un monovolumen compacto.
Los coches eléctricos con extensor de autonomía son una de las opciones más populares para introducirse en el mundo de la movilidad eléctrica, pero contando con un motor gasolina como respaldo. Pero estos sistemas también tienen sus riesgos, como han comprobado un par de propietarios norteamricanos del Volt, que han dejado los coches encendidos, y han sufrido una intoxicación por monóxido de carbono.
La depreciación de los coches eléctricos es una de las principales preocupaciones de los interesados en adquirir uno de estos modelos. Especialmente los propietarios de un Model S, que deben afrontar una inversión considerable. Para mejorar su confianza, Tesla ha puesto en marcha un programa que garantiza un valor mínimo después de tres años al Model S.